El mercado inmobiliario de la Ciudad está dando buenas señales, tras meses preocupantes. La cantidad de compraventa de inmuebles en febrero tuvo un salto de 31,85% respecto de igual mes del año pasado. En tanto, la cantidad de dinero involucrado en las operaciones se duplicó.

Los datos surgen de cifras del Colegio de Escribanos de la Capital Federal. En febrero se registraron 3.328 escrituras, contra 2.524 de 2009. Por el lado de los montos operados, se movieron $ 1.273 millones, contra $ 618 millones del año pasado.

Como suele suceder, la mayor cantidad de operaciones (57,5%) fueron de propiedades de hasta $ 250.000. De los números surge que el valor promedio de las compraventas fue de departamentos cotizados en 98.708 dólares.

Si a los datos de febrero se suman los de enero, se observa que en el primer bimestre hubo una mejoría del 32,6% en la cantidad de escrituras respecto del mismo período de 2009. Claro que la situación aún está lejos de ser la de los mejores años post devaluación. Las 3.328 escrituras de febrero quedaron lejos de las 5.426 de febrero de 2008 o las 4.436 de 2007.

¿Pero a qué se debe este “veranito”? Algunos especialistas inmobiliarios señalan que, ante la creciente inflación, y como el dólar sigue estable en el orden de los $ 3,89, mucha gente prefiere cuidar su dinero comprando propiedades. Se cumpliría así la idea de que “el ladrillo es el ahorro más seguro”.

Esto empujaría los precios hacia arriba. Así como durante el bajón del año pasado los valores no cayeron porque muchos dueños sacaron de la oferta sus unidades para no malvenderlas, ahora el repunte está haciendo que los precios estén un 10% por arriba, señalan especialistas.

De todas formas, y tal como pasó tras la salida de la crisis, los únicos que parecen en condiciones de comprar inmuebles son quienes tienen algún ingreso alto, como los exportadores, porque los asalariados siguen lejos. A la inflación, que afecta el poder adquisitivo de los salarios, se suma otra situación, que Clarín comentó en su edición del 29 de marzo: las cuotas de los créditos hipotecarios, aún de los más accesibles, cuestan no menos del doble que los alquileres.

Fuente: Clarín, 21/04