Por Paula Almiron, creadora de VDBA (www.vdbailuminacion.com.ar)

La iluminación es un elemento central en la decoración, e incide directamente en la calidad de vida de quienes la disfrutan. Por eso es importante tomarse el tiempo y diseñar qué iluminación tendrá la casa. Para que este trabajo sea efectivo es necesario determinar cuánta luz natural entra en cada ambiente de la vivienda, que orientación posee, el tamaño de cada espacio, si los techos son altos o bajos, qué tipo de paredes y pisos hay, cómo es el mobiliario o qué estilo se está pensando incorporar.

Un buen consejo es primero hacer una lista de qué acciones personales se desarrollan en cada ambiente. Por ejemplo: en el dormitorio se duerme, se lee, uno se cambia de ropa, se tienen momentos de intimidad. En este sentido, se puede planificar para que cada actividad sea acompañada por un tipo lumínico especial. Siguiendo la anterior enumeración, para dormir será imprescindible oscuridad (bloquear el ingreso de luz natural); para leer se necesita un velador o una luminaria que cuelgue al costado de la cama, ésta debe dar una luz puntual que permita leer de manera cómoda, sin hacer esfuerzos ni cansar la vista, y para vestirse se precisa una luz general, que deje ver bien los colores, las combinaciones.

Siempre, además de lo estético es importante tener en cuenta la función de cada lámpara y donde se la ubicará, debe iluminar pero no encandilar. También hay que saber qué tipo de luz da. Por otra parte, además de su función original, una luminaria puede convertirse en un objeto con alto valor estético y decorativo.

Actualmente, la tendencia posibilita elegir entre una amplia variedad de materiales, formas y colores. Sin embargo, hay algunas opciones que nunca fallan, como los materiales nobles, los objetos con historia, los materiales ecológicos, que traigan buena energía a los ambientes.

En los espacios grandes, como un living, es bueno proponer una luz general y reforzarla con luces mas puntuales, como lámparas de mesa o de pie, que aportan un clima más cálido y relajado, y ayudan a dar volumen a cada rincón. Si es posible, la luz general de este espacio puede ser regulable, para así obtener distintos climas con un mismo artefacto.

Además de los equipos eléctricos, hay otras variables que se pueden tener en cuenta para iluminar. Es el caso de las velas que brindan una luz intima y relajada, ideal para momentos de relax. Incluso, se pueden usar dentro de lámparas de vidrio de color para generar distintos climas.

Claro está que durante el día es preferible aprovechar al máximo la luz natural, y a la noche lo ideal es amenizar los distintos climas combinando una iluminación generalizada y otra más puntual, que acompañe a los habitantes de la casa.

Por último, un buen criterio puede ser elegir siempre una luz ambiental de techo que nos garantice una iluminación más general, y por otro lado, jugar con lámparas de mesa, de pie y apliques, para dar volumen y calidez a cada ambiente.