Dos artistas estadounidenses construyeron esta estructura suspendida y vivieron ahí durante cinco días.

Los artistas estadounidenses Alex Schweder y Ward Shelley investigan la manera en que los modos de habitar afectan psicológicamente a las personas. Schweder y Shelley definen lo suyo como “arquitectura performática”, ya que construyen estructuras experimentales y luego se mudan a vivir en ellas para contar su experiencia.

Su última creación es Reactor, una casa suspendida a 4,5 metros de altura en un solo pilar de hormigón, que gira y se inclina con el viento. Y también con el peso de sus habitantes, a medida que se trasladan de un ambiente a otro. Instalada en el Omi International Arts Center en Ghent, estado de Nueva York, la casa está en exposición, y permanecerá abierta al público durante aproximadamente dos años.

De estilo moderno, Reactor tiene una superficie de 12 por 2,50 metros y cuenta con cocina, baño y cuartos para dos personas. Entre el movimiento perpetuo y la necesidad de coordinar sus propios pesos para asegurarse cierto nivel de estabilidad, Schweder y Shelley tuvieron que encontrar una rutina que les garantizara el confort.

Diseñaron también la cocina, a la que llamaron “Murphy Kitchen”, donde todas las funciones se ubicaron en paneles rebatibles: uno para cocinar, uno para limpiar y dos para comer. Los artistas destacan la conexión con la naturaleza, entre otras cosas porque las horas de sueño dependen de la luz solar; y también la conexión que se estableció entre ambos, siempre mediada por la casa, ya que a partir del movimiento uno puede intuir dónde está el otro y hasta incluso cómo se siente.

Los ciclos de Reactor son arrítmicos. El sol se mueve a través de la casa minuto a minuto y no día tras día.