Aportan oxígeno. Recursos Hídricos sostiene que son útiles para ayudar a la potabilización. Admite que es un paliativo y no la solución de saneamiento integral, que sigue pendiente.

Villa Carlos Paz. Funcionan desde 2008, entre los meses de octubre y marzo, cuando las altas temperaturas generan el clima ideal para la proliferación de algas, que enturbian el agua, reducen su calidad y complican la potabilización. Son los difusores o aireadores del lago San Roque, que tienen como objetivo aportar oxígeno al embalse a través de motores especiales que llevan aire a enormes mangueras, diseminadas en distintas partes de las zonas de desem­bocaduras del lago.

Esta semana, personal del Ministerio de Agua, Energía y Ambiente de la Provincia realizó tareas de mantenimiento en esos motores preparándolos para la próxima temporada.

“La función de estos equipos es hacer una recirculación del agua en el lago en los meses en los que se forma un termoclima con mayor diferencia de temperaturas entre el fondo y la superficie”, explicó Edgard Castelló, director de Estudios y Proyectos de la Secretaría de Recursos Hídricos.

En los cuatro años de funcionamiento, los difusores aportaron un cambio al embalse, según los datos que relevó la Provincia en ese periodo.

“Hay datos que dicen que el lago ha mejorado a partir de la puesta en marcha de estos difusores”, explicó Castelló. “Es una suma de cosas que ayudan. El hecho de que este año pasó el agua por el vertedero y las algas se fueron por el embudo facilitó el lavado”, marcó. Hacía cuatro veranos que el San Roque no desbordaba.

Los aireadores fueron aportados por la Secretaría de Ambiente de la Nación, cuando esa área estaba a cargo de la cordobesa Romina Piccolotti

Algas, un viejo problema. El problema de las algas no es nuevo en este lago. Estudios realizados desde la década de 1990 señalan que el embalse tiene una alta eutrofización (falta de oxígeno, que deteriora su calidad ambiental) y que la variable principal que la producía eran las algas, microorganismos que se reproducen rápidamente y se nutren de fósforo y nitrógeno.

Esos elementos son aportados, especialmente, por los líquidos cloacales sin tratamiento que terminan en el lago, producto de que buena parte de Carlos Paz y otras localidades de la cuenca no cuentan con plantas de tratamiento de cloacas suficientes.

En ese marco, todos los especialistas coinciden en que más que los aireadores, el tratamiento cloacal de toda la cuenca regional sería el mayor aporte para mejorar la calidad del agua del embalse.

Las algas son diferentes a las plantas acuáticas que en la última temporada se diseminaron por la zona del lago más cercana a la ciudad de Carlos Paz. No sólo se diferencian por tamaño y otras características, sino porque las plantas acuáticas no resultan tóxicas ni complican el proceso de potabilización, aunque sí afean el paisaje cubriendo de verde sectores del embalse.

El hecho de que en la última temporada el agua haya superado el nivel del embudo ayudó a limpiarlo de algas.

Fuente: La Voz de Córdoba, 08/08