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Una montaña con soles

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En otras notas mencionamos al arquitecto finlandés Alvar Aalto (1898–1976) como un fiel representante del Movimiento Moderno escandinavo.

Era impensable que algún arquitecto de Finlandia en 1927, pudiera ganar un concurso para construir en la ciudad de Viipuri –con los preceptos del Movimiento Moderno– una biblioteca. Pero al darle el jurado el primer premio, abrió el camino de las nuevas ideas para Finlandia, dejando en claro que la “nueva arquitectura” también podía “ser sensible” con estas construcciones.

El edificio fue destruido por la guerra ruso-finlandesa y se halla en ruinas. La ciudad de Viipuri se llama ahora Viborg y pertenece a territorio ruso desde 1940. Con el tiempo se comprendió que la obra pudo resolverse como lo hizo, con gran sensibilidad al lector.

La biblioteca poseía salas de lectura en forma de anfiteatro, una sala de conferencias, una biblioteca infantil, una sala de publicaciones periódicas y las oficinas de administración.

Para contrastar con los árboles del patio, el edificio estaba pintado en blanco, excepto las entradas que eran de piedra natural azulada.

Como se puede entender considerando los planos, los niveles se superponían. En el eje de la planta baja, se hallaba la entrada principal, situada bajo el depósito de libros y las salas de lectura. Media planta encima en este mismo eje, se encontraba la vigilancia y la expedición de libros.

El sol no da directamente en la sala, pero se refleja en las superficies cónicas de los lucernarios ubicados en el techo, lo cual hace innecesario el uso de vidrios opacos. Esta luz difusa es particularmente agradable para el lector que puede ocupar cualquier lugar sin el inconveniente de la sombra o de los reflejos. La iluminación eléctrica fue concebida por analogía a la luz natural. Los lucernarios iluminaban los libros sin sombras.

En la sala de conferencias el techo ondulado –formado por finos listones de madera– estaba pensado para que el sonido se repartiera lo mejor posible desde cualquier lugar donde se encontraba el orador.

Lo que acabamos de contar someramente, lo explicó Aalto, en noviembre de 1951, en una conferencia que dio en el Colegio de Arquitectos de Madrid y que ahora transcribimos:

“Haciendo el proyecto de la biblioteca –dispuse de cinco años para ello– me ocupé mucho tiempo en hacer dibujos infantiles, que representaban una montaña imaginaria con diferentes formas en sus laderas y gran cantidad de soles como superestructura celeste, que iluminaban la montaña con luz igual. En sí, estos dibujos no tenían nada que ver con la arquitectura; pero de ellos nació una combinación de planos y sección, que fue la idea fundamental de la biblioteca. Consistió esta idea en agrupar las salas de lectura y de entrega de libros en planos diferentes –como las laderas de una montaña– alrededor de un control central. Y por encima, un sistema de soles: los lucernarios redondos y cónicos del sistema de iluminación”

La posición de la luz, estudiada cuidadosamente; el techo, preparado para la acústica; las consideraciones funcionales, para la expedición de los libros; son todos elementos de una composición en la que, se ha puesto toda la capacidad “para proyectar cuanto era posible, con los medios del arte de construir, para el pequeño hombre…” como decía él.

http://www.avosciudad.com

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