Es por la disputa de la propiedad de un templo que la comunidad utiliza en Palermo.

Un sector de la escuela del Centro Armenio de Buenos Aires, en Palermo, estuvo a punto de ser rematado por una deuda que la entidad mantenía con dos abogados. El remate estaba programado con una base de $ 8.950.000, pero el Centro Armenio lo evitó al depositar judicialmente el viernes pasado la suma de $ 300.000. El conflicto viene por la propiedad de un edificio que está en la calle Armenia entre Cabrera y Gorriti, en el que funciona desde hace décadas la Casa de Oración de la comunidad armenia. Esa propiedad –ubicada en una zona de Palermo cuyo valor inmobiliario se disparó en los últimos años– fue escriturada por el Centro Armenio en 2007. Inmediatamente, una integrante de la comunidad, Elsa Kazandjian de Barsamian, inició una demanda judicial porque reclamaba para sí el inmueble.
El edificio que estuvo a punto de rematarse, en el que se dan clases a alumnos primarios y secundarios, tiene subsuelo y cinco pisos, sobre un terreno propio de 8,66 por 38 metros. Está en Armenia al 1300 entre Niceto Vega y Cabrera, a una cuadra de la propiedad en conflicto, junto a la Iglesia Armenia.
“Lo único que le voy a decir es que evidentemente teníamos razón, porque el último viernes el Centro Armenio depositó a nuestro nombre $ 300.000 en concepto de nuestros honorarios. Que ellos digan los que quieran y si mienten tendrán que afrontar las consecuencias”, dijo uno de los abogados de Elsa Kazandjian.
“Esta señora es la hija de uno de los integrantes de la comunidad, a cuyo nombre se puso la propiedad cuando fue comprada en 1960. Esta práctica era muy común incluso en otras instituciones comunitarias. El objetivo era que, luego de pasados unos años, el inmueble fuera pasado a nombre de la institución  Lo que sucede es que esta mujer, más tarde, reclamó el bien como si fuera de ella”, afirmó el presidente del Centro Armenio de Buenos Aires, Alberto Djeredjian.
Según el dirigente, la Casa de Oración (conocida como Aghotadun en la comunidad) se utilizó durante años como lugar de rezos, de celebraciones e incluso de velatorios. Ultimamente, debido al conflicto por la propiedad, la Casa de Oración quedó cerrada.
La Justicia Civil de la Nación le reconoció a la mujer la tenencia de la propiedad y el Centro Armenio anunció que le iniciará un juicio de desalojo para recuperarlo.

Fuente: Clarín, 31/08