En el Concejo Deliberante buscan conservar conjuntos de inmuebles con valor arquitectónico y no propiedades aisladas. Las áreas podrían ser cuadras, manzanas o calles y se ubicarían en el noroeste de la ciudad. Comenzó la revisión del listado de bienes resguardados.

El oficialismo del Concejo Deliberante de la Capital provincial contempla la idea de crear una ordenanza que crearía zonas de protección patrimonial, en lugar de proteger inmuebles aislados. Para ello, se basará en un trabajo que viene realizando el Instituto Marina Waisman de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), que está catalogando los inmuebles con valor arquitectónico contemporáneo.

Por ahora, rige una veda a las demoliciones sobre inmuebles con valor patrimonial hasta que concluya un trabajo multidisciplinario encargado de revisar el listado de las edificaciones protegidas. En tanto, se suspendieron los permisos de construcción y demolición de la zona noroeste. Las dos vedas son por 180 días, la primera comenzó en noviembre y la última en diciembre.

La edila de la bancada de la Unión Cívica Radical, Analía Romero, explicó que la idea es ampliar el concepto de protección de inmuebles y que se conserven áreas patrimoniales. “Por ahí no tiene mucho sentido proteger una sola propiedad, sino toda una manzana”, agregó Romero.

La concejala detalló que la zona donde se llevaría a cabo esa metodología es la noroeste de la ciudad de Córdoba. “Por ejemplo, el Cerro de las Rosas o Argüello, donde se están perdiendo casonas y se construyen locales comerciales, y hay una profunda preocupación de los vecinos”, indicó Romero.

No obstante, la edila aclaró que se trata de una idea, sobre la que hay que “trabajar, consensuar los intereses y discutir”. “De a poco, y con mucho respeto porque hay muchos intereses de por medio. La ordenanza actual habla de proteger inmuebles, nosotros necesitamos más elementos para proteger una cuadra, una manzana, una calle.”, profundizó Romero. “Pasa que son casas de privados, y a muchos no les interesa sostenerlas en el tiempo, es una discusión profunda”, agregó.

En la iniciativa tiene peso el trabajo que viene realizando el Instituto Marina Waisman de la Universidad Católica de Córdoba. Melina Malandrino, directora de la entidad, explicó que van a aportar una lista de sugerencias sobre inmuebles, trabajando desde la pertenencia a Córdoba que han tenido algunos personajes.

“Técnicamente se ha hablado sobre el listado que hay actualmente, donde en una cuadra hay un inmueble y en el resto de la manzana hay edificios de 36 pisos; ese tipo de protección no tiene mucho sentido”, detalló Malandrino. “Hay que tratar de conservar una cuadra, mantenerla intacta, y que en el resto pase lo que tenga que pasar. Esa es una voluntad, pero de ahí a cómo va a salir, ojalá que termine de la mejor manera posible”, anticipó la especialista.

Revisión patrimonial. Ayer comenzó la revisión y actualización del listado de inmuebles con protección patrimonial de Córdoba. El trabajo es realizado por una decena de estudiantes de cuarto y quinto año de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba.

El inicio tuvo lugar en San Vicente, donde los estudiantes de Arquitectura se dividieron en cinco grupos que revisaron entre 29 y 35 inmuebles cada uno. En el listado de bienes protegidos hay alrededor de 1.600 edificaciones. Luego de San Vicente, seguirán en Alberdi y Güemes. El trabajo debería estar concluido para marzo.

Esteban Dómina, autor del proyecto por el que se suspendieron las demoliciones y se revisa el catálogo, valoró positivamente las acciones. “La ciudad creció a costa de demoliciones por no tener la protección debida. La idea es empezar a actualizar el patrimonio, vamos a tratar de mejorarlo para luego normativizar”, manifestó el edil.

Vecinos del Cerro de las Rosas

Elisa Bonet (Estudiante de Comunicación Social). “No estoy de acuerdo con los cambios edilicios. El barrio perdió idiosincrasia. No es tranquilo ni seguro. Ni en bici se puede andar”.

Juan Martínez (Empleado de Comercio). “Es bueno y malo este proceso urbanístico. Dará más trabajo a la gente, pero crecerán los riesgos del tránsito y la delincuencia”.

Lorena Figueroa (Abogada). “En 10 años, ya no quedarán más casas de familia. Hay una invasión de oficinas. El tránsito empeoró y vendrán ‘naranjitas’ pronto. Es triste”.

Martín Nougués (Dueño de una Despensa). “El Cerro dejará de ser un barrio pintoresco y tendrá pura oficina y comercio. Hay gente que vende sus casas y se va del barrio”.

Fuente: La Voz de Córdoba, 08/01