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Museo del Ladrillo

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Desde este año está abierto al público el Museo del Ladrillo, una refuncionalización de las oficinas de la antigua fábrica Ctibor, fundada en 1905. Se trata del primer Museo del Ladrillo argentino y uno de los pocos de este tipo en el mundo, y refiere al elemento por excelencia de la construcción, material usado desde hace seis mil años.

El Museo recorre su historia durante doscientos años –desde mediados del siglo XIX, cuando comienza la industrialización en Europa, hasta la actualidad-, pero no se limita a esto: también encierra otras dos historias, la de una empresa industrial que contribuyó a la fundación de la ciudad de La Plata, con el aporte de material al desagüe pluvial de la ciudad; y la de una exitosa familia checa que formó una empresa que dirigen desde hace cuatro generaciones, reflejando el sueño de muchos inmigrantes. Esta edificación remarca la visión de un pionero, Francisco Ctibor, que luego de participar en la construcción de la Torre Eiffel y el Canal de Panamá, llegó a la Argentina e instaló una fábrica en la puerta misma de La Plata.

En cinco salas, un recorrido por tres historias

La llegada al Museo se realiza a través del emblemático Camino Centenario, desde donde puede verse la chimenea de 35 metros de altura y las antiguas instalaciones del horno Hoffmann. Ya sobre la calle 514, rodeado de un entorno verde se encuentra una vieja construcción de ladrillo de 250 m2 que funcionaba como la administración de la fábrica Ctibor. El ingreso al Museo se produce a través de una plaza de polvo de ladrillos acotada por pórticos de cerámicos contemporáneos. Los nuevos productos de la firma Ctibor dirigen a los visitantes hacia la antigua escalera de ladrillos macizos, erosionados por las pisadas y con el sello Ctibor. Desde una terraza se accede a un flamante volumen de vidrio de 120 m2, que hace de hall de ingreso propiamente dicho. Se trata de un espacio cerrado con un muro cortina de alta tecnología, una respetuosa intervención sobre el patrimonio del edificio ya que muestra una clara cisura entre lo nuevo y lo viejo, evitando confusiones. Desde el espacio totalmente vidriado -incluyendo el techo- se accede al pasado a través de una sugestivamente pequeña puerta de madera. Esta primera sala, que introduce al visitante al Museo, es una reconstrucción de época de las oficinas y cuenta con una reproducción del escritorio de la antigua administración de la Fábrica Ctibor. El espacio evoca a la familia y retrata escenas de la vida cotidiana, que se entrelazan con decisiones de la actividad empresarial, destacando a las cuatro generaciones que se hicieron cargo y llevan adelante la empresa. Este patrimonio familiar pasa a ser un modelo de historia que podría abarcar a varias familias platenses de inmigrantes, que forjaron el crecimiento de la ciudad.

La segunda sala relaciona los inicios del establecimiento fabril, desde 1905, con los de la ciudad de La Plata. La historia y progreso de Ctibor están ligados al nacimiento y crecimiento de esa Ciudad, a las grandes obras de infraestructura y construcción de edificios públicos. La tercera sala desarrolla el proceso de producción industrializado del ladrillo en el siglo XIX y los cambios tecnológicos del siglo XX. Se exponen allí, además, colecciones de ladrillos históricos, matricería, maquinarias, herramientas, fotografías, voces y sonidos -a través de videos- de las primeras décadas del siglo XX. La cuarta sala honra al Horno Hoffmann y sus chimeneas, hitos fundacionales de la planta y el poblado de Ringuelet declarados Patrimonio de Interés Municipal arquitectónico en 2007. Este espacio describe la última etapa en el proceso de fabricación del ladrillo, la cocción. El horno anular de Hoffmann, junto con la extrusora de Schliekeysen, es reconocido como una de las grandes y decisivas innovaciones del siglo XIX en la industria ladrillera.

La quinta y última sala muestra cómo es Cerámica Ctibor hoy, cuál es el proceso de fabricación en la actualidad en un concepto de la más alta tecnología y la automatización en serie desde su nueva planta en el Parque Industrial de La Plata. Se describe la transformación de la materia prima en ladrillos huecos, utilizando los cuatro elementos, tierra, agua, aire y fuego. Luego se sucede una galería semicubierta, donde se exhiben colecciones de ladrillos con sello Ctibor y otros que, por su valor histórico, estético o tecnológico se ganaron un lugar en el Museo. La Fundación Ctibor tiene un programa de donaciones de ladrillos de valor patrimonial y que hayan pertenecido a edificios significativos de todo el país.

En el subsuelo, bajo el cubo de vidrio, hay un auditorio para 50 personas que, destinado a actividades culturales y presentaciones para profesionales y empresarios. El Ciclo de Actividades 2010 comenzó recientemente con la conferencia magistral del Arq. Clorindo Testa, quien fue nombrado Padrino Honorífico de la Institución. Además de la colección permanente con objetos rescatados de las instalaciones, el Museo del Ladrillo propone otro tipo de visita cultural, con exposición de fotografías y pinturas. El Museo del Ladrillo está abierto jueves y sábados de 14:00 a 18:00 hs. Vale la pena conocer este museo, viaje al pasado de una familia, una industria y una ciudad.

Para contactar a la empresa para que retire donaciones de ladrillos antiguos, se puede llamar al (0221) 491-5555 ó escribir a info@espacioctibor.com.ar.

Más información en www.museodelladrillo.com.ar y www.ceramicactibor.com.ar

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