Por Marcos Valenzuela,
Espacio Valenzuela, (www.espaciovalenzuela.com)

Los tonos pasteles son suaves, y esta cualidad les permite combinarse entre sí y también con colores más plenos y vibrantes, sin que esa intensidad se vuelva molesta a la vista. En todos los casos, se obtiene un resultado atractivo.

Con la mezcla de los colores pasteles en la decoración de una habitación se pueden obtener ambientes delicados y románticos. Además, es posible incorporar una paleta bien amplia, amalgamando por ejemplo verde, con violeta y un toque de amarillo. Un trío que sería extremo si los tonos fueran intensos.

Para los cuartos infantiles los pasteles son una opción buscada y perfecta, pues aportan alegría y al mismo tiempo la serenidad necesaria para que el pequeño encuentre un sueño relajado. Combinados con muebles blanco o patinados en colores claros se obtiene un dormitorio fresco, luminoso y acogedor.

Base neutra

Sin dudas es el blanco el color que funciona como unión de las paletas, éste funciona como un telón de fondo sobre el que los demás tonos se lucen. Su presencia, además, permite jugarse a poner toques vibrantes y jugar con estampados por ejemplo en los textiles o tipo patchwork para recrear un ambiente romántico.

Los tonos pasteles también se adecuan a cuartos como la cocina, el comedor, el living o incluso el baño. Van muy bien con mobiliarios de madera natural y son útiles para crear un ambiente más rústico al combinarlos con estos muebles. Incluso, es posible patinarlos y generar un estilo vintage.

Para que los pasteles se adueñen de la habitación es necesario jugar con objetos, piezas decorativas y hasta los revestimientos como los papeles en la pared o la pintura. Las fundas de los almohadones, las cortinas, la ropa de cama y hasta los pisos pueden ayudarnos a lograr un diseño de interior en tonos claros.