La decisión municipal alcanza a viviendas en el sector oriental

JERUSALEN.- En una polémica decisión que reavivaría la tensión en la zona y provoca el rechazo de la comunidad internacional, que objeta una expansión de los asentamientos, Israel anunció ayer otro paso para implementar un plan de construcción que supone la demolición de unas 22 casas palestinas en Jerusalén oriental, donde los palestinos aspiran a establecer la futura capital de su Estado.

El consejo de planeamiento municipal de Jerusalén aprobó la propuesta del alcalde Nir Barkat, hecho que podría renovar la presión diplomática internacional sobre Israel. El gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu debió flexibilizar en los últimos días el bloqueo a Gaza a raíz de los reclamos internacionales, tras el mortal asalto israelí a un barco con ayuda humanitaria para los palestinos, que dejó nueve muertos.

El megaproyecto urbanístico Jardín del Rey, aprobado ayer, incluye la construcción de 1000 viviendas para israelíes y también exige la demolición de 20 hogares palestinos en El-Bustán, en el barrio Silwan, de Jerusalén oriental, que habrían sido construidos sin autorización. Los palestinos afirman que los permisos de construcción del Estado judío son imposibles de obtener.

El-Bustán forma parte de la población de Silwan, aledaña a la ciudad antigua de Jerusalén y donde desde hace unos años la Autoridad de Antigüedades de Israel realiza unas excavaciones en lo que denomina la “Ciudadela de David”. En ese lugar hay unas 88 viviendas palestinas, hogar de unas 1000 personas, que en los últimos años recibieron órdenes de demolición por parte de las autoridades israelíes. El plan aprobado ayer prevé la construcción de cafeterías, restaurantes, galerías de arte y un centro comunitario, en el lugar donde se cree que el rey David escribió sus salmos.

Furiosos y desmoralizados ante el temor de que no haya marcha atrás, los vecinos de El-Bustán preparan acciones de protesta por la decisión de Barkat, que encendería nuevamente la tensión. En los últimos meses, varias iniciativas políticas, militares y de seguridad de Israel -como el asalto a la Flota de la Libertad o el asesinato de un líder de Hamas en Dubai a manos de agentes del Mossad con pasaportes europeos falsos- provocaron el malestar de la comunidad internacional y el enfrentamiento con aliados históricos de Israel, particularmente con Estados Unidos.

Las últimas administraciones norteamericanas se oponen abiertamente a la política de expansión israelí en los territorios ocupados, al considerarla un obstáculo para un acuerdo de paz.

La peor crisis diplomática en varias décadas entre Israel y su principal aliado estalló en marzo, cuando el gobierno de Netanyahu anunció la aprobación de un plan para construir 1600 casas un día después de que George Mitchell informara sobre la reanudación de las conversaciones de paz indirectas y en medio de la visita del vicepresidente norteamericano, Joe Biden. Aquella decisión israelí fue considerada un “insulto” por la Casa Blanca. Desde entonces, al menos en público, Netanyahu no ha cedido en los planes de su gobierno de ampliar las construcciones en Jerusalén oriental.

Fuente: La Nación, 23/06