La obra,  demandó una inversión de 30 millones de pesos, tiene unos 6 mil metros cuadrados.

Los pingüinos, su hábitat, el mar y la tierra, en un espacio que está enclavado en la bella reserva faunística y cuya construcción no alteró la naturaleza y el paisaje. Mientras los pingüinos, que son los dueños absolutos de este lugar, están incubando sus crías, las hembras en sus nidos y los machos protegiéndolas, esperando el nacimiento de los pichones para fines de noviembre o principios de diciembre, a mil metros del corazón de la Reserva Faunística, se erige el Centro de Interpretación de Punta Tombo.
Este Centro es un sueño largamente esperado, proyectado desde hace muchos años y que tiene una particularidad única: su construcción no ha alterado la naturaleza de este lugar y es un espacio mediante el cual se podrá conocer más sobre los pingüinos, la flora y fauna patagónica; el mar y sus secretos, y se podrá disfrutar de una confitería ambientada con objetos y muebles antiguos y del «Patio del Aljibe», donde se desarrollará el acto de hoy.
Cuenta con diferentes puntos panorámicos para que los visitantes puedan disfrutar de esa «punta» que se ha conformado producto de un accidente geográfico, tan extraña como mágica esta punta que ingresa a este mar, elegido por los pingüinos.
A fin de año se prevé estar inaugurando el sector que ha sido bautizado como «Domo de los Vientos», en la punta de la loma que se observa al ingresar a la reserva, a 51 metros sobre nivel de mar. Este «domo» es un homenaje a los vientos patagónicos y tiene una rosa de los vientos. Es un pasillo largo, con asientos de cemento, donde sólo puede oírse el silencio o el viento, en sus distintos soplidos.

PINGÜINO, ABSOLUTO DUEÑO
En la inauguración de hoy se contará, por ejemplo, que el primer pingüino que llegó a este lugar, fue visto en el año 1920. Esta información fue obtenida por relatos históricos que han guardado los miembros de la familia La Regina, dueños de una estancia, y que han donado 3 hectáreas para la puesta en marcha de este Centro de Interpretación.
El Centro de Interpretación tiene cinco salas. La primera, se llama «Sala de Territorio». En este lugar hay una maqueta de Punta Tombo y se cuenta la historia de esta reserva.
Luego se accede a la «Sala de Pingüinos», donde se terminaba de colocar ayer una escultura de un pingüino construída en mármol de carrara, de 1,70 metros de altura.
Hay dibujos del ciclo evolutivo del pingüino, hechos a plumín, donde se cuenta la vida de estos animales, desde que se forma el huevo hasta que muere y su proceso migratorio.

MAR Y TIERRA
En la recorrida por el Centro de Interpretación, que tiene una superficie cubierta de 3 mil metros cuadrados, las otras tres salas son: «Sala de Mar», «Sala de Tierra» y «Sala de Conservación».
La «Sala de Mar», bellísima, tiene muchos pingüinos colgados del techo, y abajo, un piso donde se imita el mar en ese trayecto, su flora, fauna y el lugar en donde nadan los pingüinos…
Este espacio se conecta con la «Sala de la Tierra», donde hay – en el medio – un pasillo que cuenta con una pequeña salita equipada con televisores plasmas que mostrarán la fauna del lugar.
En la «Sala de Tierra» también hay pumas, guanacos, maras, aves. Por último, la «Sala de Conservación» donde también hay una especie de museo y biblioteca, para salir por un cortinado de terciopelo, semejante al que se observa en los lavaderos, denominado «acariciador»… Que el visitante se vaya con el efecto de una caricia de este lugar: las caricias que te dejan el mar y la tierra.

HOMENAJE A LOS VIENTOS
En el punto más alto de Punta Tombo, una loma ubicada a 51 metros sobre nivel de mar, se construyó el «domo de los vientos», un lugar que nada más y nada menos rinde un homenaje al viento patagónico.  Se construyó en este lugar porque es donde se ha registrado la ráfaga más poderosa del viento patagónico en Punta Tombo: 180 kilómetros por hora.
Un lugar semejante a un pasillo gigantesco, con asientos de cemento, y una rosa de los vientos, que termina con este homenaje. La segunda etapa del «Domo de los Vientos» estará terminada a fin de año.

Detalles y números

- La superficie total del Centro de Interpretación de Punta Tombo oscila los 6 mil metros cuadrados.

- De estos 6 mil metros cuadrados, 3 mil metros cuadrados son del Centro propiamente construido. Los otros 3 mil metros cuadrados se distribuyen en el «Domo de los vientos», baños, terraza y tres viviendas de servicios.

- Las viviendas de servicios son para científicos, guardafaunas y personal de la confitería.

- Un año y ocho meses tardó en construirse el Centro de Interpretación.

- Se invirtieron 30 millones de pesos. 20 millones para la ejecución de la obra y 10 millones para la parte «artística» que tiene que ver con la ambientación, escenografía, decoración y demás. El edificio solo no tendría sentido alguno estando vacío.

- El responsable de la obra es el arquitecto José Pablo Mehaudy, quien habló de un sueño cumplido. La Reserva era visitada por más de mil personas por día, que no tenían un lugar donde permanecer.

- Diseñar este proyecto e instalarlo en Punta Tombo «llevó más de cuatro años», dijo Mehaudy. Las demoras «es porque no es sólo de una persona sino de la humanidad».

- Cuando se llega a Punta Tombo se ve el paisaje, no el Centro de Interpretación. Por eso, la definió el arquitecto, «es una obra mágica».

- Hay dos miradores hacia Punta Tombo. Y en el sector más alto del «Domo de los Vientos» se puede observar el paisaje en 360 grados.

- El agua se junta a través de un aljibe, ubicado en el patio del Centro de Interpretación, llamado «Patio del Aljibe» y pasa a otros aljibes, luego se recolecta para el sistema cloacal, para lo que se empleó lecho netrificante, varias cámaras de decantación que no van hacia el mar. Por sistema de descantación se van filtrando.

- La energía es solar. El Centro de Interpretación de Punta Tombo no tiene lámparas y está iluminado por el sol. La muestra se ilumina naturalmente. Pero igualmente se cuenta con un sistema de energía de 220.

- En un pico máximo de la temporada de pingüinos, este edificio y la confitería podrán contener a mil personas. En el Patio del Aljibe y Domo de los Vientos podrán sumarse 500 personas más.

Fuente: El Chubut, 2/11