El revestimiento del río seco Tejo-Viamonte que atraviesa el pintoresco distrito comenzó en 2002 y se hizo en 4 etapas. La última, entre ruta 82 y Besares, costó $ 5.318.194.

Las crecidas ocasionadas por fuertes lluvias estivales en la zona del pedemonte de Chacras de Coria, tendrán ahora una mayor contención luego del revestimiento del río seco Tejo-Viamonte, emprendimiento que se acaba de concluir.

Por esa razón, el trabajo realizado es estratégico para la urbanización del pintoresco distrito de Luján de Cuyo.

La obra corresponde al sistema aluvional de la cuenca de Chacras de Coria norte, con una superficie de 22,5 km2.

Los caudales originados por las precipitaciones, producidas en su área de aporte, ahora serán derivados a través de un único colector, el que en forma sucesiva va recibiendo los nombres de Tejo, Viamonte y Liniers, al cual también trasvasan los escurrimientos superficiales del sector que drena directamente hacia el mismo, con una superficie de cuenca adicional de aproximadamente 6,5 km2. La extensión total del canal hormigonado es de 4.256 metros.

Esta construcción no fue sencilla y tuvo sus bemoles. Comenzó en 2002, cuando se hizo la primera etapa entre las calles Matheu y Ugarte ($ 1.157.406); se paró cuatro años y recién en 2006 se hizo el segundo tramo, entre Ugarte y río seco Liniers ($ 1.800.601).

Luego de tres años de inactividad, se materializó el tercer sector, entre Besares y Matheu ($3.621.205) y, finalmente, se ejecutó la cuarta etapa, que va desde la ruta 82 o Panamericana y la calle Besares. Este fue el segmento más caro y requirió una inversión de $ 5.318.194. Esta parte, enteramente ejecutada durante 2010, estuvo a cargo de la empresa Brizuela y Villafañe SRL.

Once puentes

Las obras ejecutadas consistieron en el revestimiento de hormigón armado de una sección media de 6 m por 2,30 m y la ejecución de 11 puentes y el hormigonado de 580 metros de la calle Malvinas, que posibilitan los escurrimientos pluvioaluvionales y, además de aliviar la situación zonal desde el punto de vista de los escurrimientos hídricos, trae aparejada una notoria mejoría al problema urbanístico, ya que es permanente el aumento en la construcción de viviendas en dicho sector.

Precisamente, vecinos de uno de los puentes, el de Newbery y Aguinaga, le están pidiendo a la comuna que continúen una calle.

Para destacar es que a la altura de la plaza Gerónimo Espejo, y para integrar el paisaje con ese paseo público, se realizó el revestimiento con piedra bola, se dispuso una sección trapecial y un puente vehicular que facilita la circulación dinámica de la zona, como explicó el director de Hidráulica de la Provincia, José Pappalardo.

El ingeniero resumió el trabajo ejecutado: “Hoy podemos ver en su totalidad 4.256 metros de colector revestido, que incorporan un nuevo paisaje a la zona, sin dejar de cumplir con los objetivos básicos del proyecto, que son permitir el escurrimiento apto de los caudales”.

Fuente: Los Andes de Mendoza, 27/01