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Antípodas 12 Arquitectura japonesa contemporánea en el Marq

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4 de mayo al 3 de junio

El viernes 4 de mayo a las 19 se inaugurará en el Marq la muestra Antípodas 12, Arquitectura japonesa contemporánea, que exhibirá una instalación site specific de los estudios japoneses Atelier Bow-Wow y OFDA Associates, organizada por el Marq y co-organizada por la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Palermo y y CREALAB (Tokio-Madrid-Buenos Aires), con el apoyo del Centro Cultural e Informativo de la Embajada del Japón en la República Argentina.

La muestra podrá visitarse hasta el 3 de junio, y se complementará con otra de caligrafía japonesa. Seexhibirán maquetas, proyecciones, cuadernos de dibujos de los autores y piezas gráficas y caligráficas originales especialmente trasladadas a la Argentina por los expositores

En este marco visitan la Argentina los arquitectos japoneses Yoshiharu Tsukamoto de Atelier Bow-Wow y Taku Sakaushi de OFDA, para ofrecer en la Universidad de Palermo un workshop proyectual, auspiciado por las empresas Technal y Hunter Douglas, llamado “Hábitat + espacio Alfa” y conferencias en la Sociedad Central de Arquitectos.

Tanto la muestra, como el workshop y las conferencias se centran en las teorías proyectuales del Atelier Bow-Wow y las investigaciones desarrolladas por Sakaushi en su laboratorio de la Universidad Shinshu de Nagano. Ambas teorías abordan el tema del habitar, indagando acerca de cómo habitamos, como vivimos e imaginamos los espacios que denominamos tradicionalmente “casas”.

“…Soy totalmente profano en materia de arquitectura pero he oído que en las catedrales góticas de Occidente la belleza residía en la altura de los tejados y en la audacia de las aguijas que penetran en el cielo. Por el contrario, en los monumentos religiosos de nuestro país, los edificios quedan aplastados bajo las enormes tejas cimeras y sus estructuras desaparecen por completo en la sombra profunda y vasta que proyectan los aleros. Visto desde fuera, y esto no sólo es válido para los templos sino también para los palacios y las residencias del común de los mortales, lo que primero llama la atención es el inmenso tejado, ya esté cubierto de tejas o de cañas, y la densa sombra que reina bajo el alero. Tan densa, que a veces en pleno día, en las tinieblas cavernosas que se extienden más allá del alero, apenas se distingue la entrada, las puertas, los tabiques o los pilares. En la mayoría de los edificios antiguos, y lo mismo sucede con las imponentes construcciones como el Chion’in o los Honganji, así como con cualquier granja perdida en la profundidad del campo, si se compara la parte inferior, debajo del alero, con el tejado que la forma, se tiene la impresión, al menos visual, de que la parte más maciza, las más alta y externa es el tejado. Por eso, cuando iniciamos la construcción de nuestras residencias, antes que nada desplegamos dicho tejado como un quitasol que determina en el suelo un perímetro protegido del sol, luego, en esa penumbra, disponemos la casa. Por supuesto, una casa de Occidente no puede tampoco prescindir del tejado, pero su principal objetivo consiste no tanto en obstaculizar la luz solar como en proteger de la intemperie; se le construye de manera que difunda la menor sombra posible y un simple vistazo a su aspecto externo permite reconocer que se ha intentado que el interior este expuesto a la luz del modo más favorable. Si el tejado japonés es un quitasol, el occidental no es más que un tocado. Como en una gorra, los bordes están mermados que los rayos directos del sol pueden dar en los muros hasta el nivel del tejado.

Si en la casa japonesa el alero del tejado sobresale tanto es debido al clima, a los materiales de construcción y a diferentes factores sin duda. A falta, por ejemplo de ladrillos, cristal y cemento para proteger las paredes contra las ráfagas laterales de lluvia, ha habido que proyectar el tejado hacia delante de manera que el japonés, que también hubiera preferido una viviendo clara a una vivienda oscura, se ha visto obligado a hacer de la necesidad virtud. Pero eso que generalmente se llama bello no es más que una sublimación de las realidades de la vida y así fue como nuestros antepasados, obligados a residir, lo que quisieran o no, en viviendas oscuras, descubrieron un día lo bello en el seno de la sombra y no tardaron en utilizar la sombra para obtener efectos estéticos. En realidad, la belleza de una habitación japonesa, producida únicamente por un juego sobre el grado de opacidad de la sombra, no necesita ningún accesorio. Al occidental que lo ve le sorprende esa desnudez y cree estar tan solo ante unos muros grises y desprovistos de cualquier ornato, interpretación totalmente legítima desde su punto de vista, pero que demuestra que no ha captado en absoluto el enigma de la sombra. Pero nosotros, no contentos con ello, proyectamos un amplio alero en el exterior de esas estancias donde los rayos de sol entran ya con mucha dificultad, construimos una galería cubierta para alejar aún más la luz solar. Y, por último, en el interior de la habitación, los shoji no dejan entrar más que un reflejo tamizado de la luz que proyecta el jardín.

Ahora bien, precisamente esa luz indirecta y difusa es el elemento esencial de la belleza de nuestras residencias. Y para que esta luz gastada, atenuada, precaria, pintamos a propósito con colores neutros esas paredes enlucidas. Aunque se utilizan pinturas brillantes para las cámaras de seguridad, las cocinas o los pasillos, las paredes de las habitaciones casi siempre se enlucen y muy pocas veces son brillantes. Porque si brillaran se desvanecería todo el encanto sutil y discreto de esa escasa luz. A nosotros nos gusta esa claridad tenue, hecha de luz exterior y de apariencia incierta, atrapada en la superficie de las paredes de color crepuscular y que conserva apenas un útlimo resto de vida. Para nosotros, esa claridad sobre una pared, o más esa penumbra, vale por todos los adornos del mundo y su visión no nos cansa jamás”. Junichiro Tanizaki, El Elogio de la sombra, Editorial Siruela 1994/2005, edición original 1933.

Atelier Bow-Wow / www.bow-wow.jp

OFDA associates (Office for Diverse Architects) / http://www.ofda.jp

Marq. Museo de Arquitectura y Diseño Julio Keselman

Avda. del Libertador 999 esquina Callao. De martes a domingos de 14 a 20

Entrada libre y gratuita. Bono contribución $10, +54 11 4800-1888

museo@socearq.org / www.socearq.org

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