Tras el gran “parate” que produjo la crisis económica y financiera de 2007, la construcción comenzó a experimentar un leve repunte en la ciudad. En lo que va de 2010 ingresaron al municipio 406 permisos de obras, incluyendo ampliaciones y demoliciones, 15 más que en igual período de 2009. Además, se presentaron 14 solicitudes para construir edificios, 4 más que en los mismos meses del año pasado.

Desde que comenzó el año, el rubro experimentó un crecimiento sostenido. Y en abril el alza cobró fuerza, tanto con respecto a marzo pasado como a abril del 2009.

Aunque son alentadoras, las cifras están lejos del gran boom que experimentó la construcción en esta década, con dos años clave: en 2006, sólo de enero a abril, la Dirección de Edificaciones Privadas recibió casi 700 permisos para obras; en tanto que en 2007 fueron 650.

El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Roberto Pilatti, evaluó que la construcción en manos de privados en la ciudad “no está tan bien como hace dos años atrás, antes de la crisis de 2007, pero tiene un ritmo sostenido”.

Al comparar los datos de toda la década, el gran contraste es sin dudas el año 2002. Con la devaluación y el corralito sobre las espaldas de los argentinos y una economía paralizada, sólo se tramitaron 389 obras en todo el año, 17 menos que las que se han presentado en los primeros cuatro meses de este año.

Zonas en expansión

Los edificios siguen concentrándose en el macrocentro, especialmente en la zona comprendida entre Juan de Garay hasta bulevar y desde 9 de Julio hasta Av. Freyre.

Sin embargo, desde 2008 se observa un gran movimiento de construcciones de bulevar hacia Estanislao Zeballos, entre López y Planes y Pedro Vittori. Allí se observan, además de ampliaciones y refacciones de viviendas, muchos dúplex y edificios de dos o tres pisos que no necesitan ascensor. Otro sector con gran dinamismo es el que se ubica de calle Vélez Sarsfield hacia el este, incluida la zona costera que no frena el boom constructivo que se inició sin control hace más de una década.

Venta de materiales

En los corralones de materiales de construcción, las ventas son dispares y todo depende de la envergadura del comercio. La situación no es la misma en los negocios grandes que en los barriales.

Los primeros mantienen un muy buen ritmo de ventas porque trabajan con las constructoras de edificios y con los emprendimientos de mayor envergadura, pero, además, proveen a los más pequeños.

Desde el Imperio de materiales, un corralón chico -a pesar de su nombre- que está ubicado en el corazón de Sargento Cabral, calificaron como “muy inestable” el ritmo de ventas y dijeron que atraviesan “una meseta”. “Hay meses con mucho movimiento y otros muy tranquilos en los que vendimos un 40 % menos de lo normal. Pero los mejores años fueron, sin dudas, 2005, 2006 y 2007”, dijo María Laura, su titular.

“Un ritmo sostenido”

El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Roberto Pilatti, evaluó que la construcción en manos de privados en la ciudad “no está tan bien como hace dos años atrás, antes de la crisis de 2007, pero tiene un ritmo sostenido”.

A fines del año pasado se notó un pequeño empuje cuando “los inversores volvieron a tener interés en los ladrillos, lo que motivó a las empresas a iniciar nuevos proyectos, les dieron formas y comenzaron a concretarlos este año”.

Pilatti aclaró que, de todos modos, “no vemos una gran reactivación” puertas adentro de las empresas, “por ejemplo, de ampliación de fábricas” sino que los proyectos de inversión están más orientados a “edificios de departamentos”.

Ordenamiento urbano

El nuevo plan de Ordenamiento Urbano que elevó el Ejecutivo al Concejo Municipal hace un mes propone que los edificios más altos se radiquen en el macrocentro y en las grandes avenidas que atraviesan la ciudad de norte a sur -incluyendo Alem y exceptuando la Costanera, donde seguirá rigiendo la prohibición de edificar torres-. Sí se permitirán en un nuevo sector a urbanizar en Guadalupe Norte. Los medianos -que tienen entre 4 y 6 pisos y no son tan frecuentes en Santa Fe porque necesitan ascensor, tienen pocos residentes y no resultan muy rentables- podrán erigirse en avenidas transversales (este-oeste), que son en realidad pares circulatorios, como Ricardo Aldao y Ángel Cassanello y Estanislao Zeballos y Castelli, entre otros. En tanto, para preservar la calidad barrial, el tope máximo propuesto en el interior de los mismos será de 9 metros, es decir, planta baja y dos pisos.

Fuente: El Litoral de Corrientes, 21/05