El tereftalato de polietileno (alias PET), que se utiliza para la fabricación de botellas de plástico, está en el puesto quinto de la producción anual de plástico. La resistencia y su estabilidad bajo calor hace que sea un material ideal para el envasado, lo que lo convierte en uno de los plásticos más utilizados en el mundo por una razón, pero sus propiedades también hacen del PET un plástico de difícil descomposición**. 
Recientemente descubierta hay una bacteria que se alimenta de PET es la Ideonella sakaiensis. 

Los investigadores señalan que las bacterias toman seis semanas para degradar un pequeño trozo de PET de menor calidad y para degradar PET altamente cristalizado llevaron más tiempo.
Los investigadores notan que las bacterias tienen un impacto limitado comparando a la gran cantidad de residuos plásticos que se sienta en los vertederos de toda la Tierra, estimado en 311 millones de toneladas de plástico que se producen durante años sucesivos en todo el mundo. 

Alrededor de la mitad del PET en el mundo ni siquiera se recoge para su reciclaje; sólo el 7% se recicla botella a botella, según el Foro Económico Mundial.
Por lo pronto, las personas deben hacer un mayor esfuerzo para reciclar botellas de PET, que además es fácil y más barato para reciclar.