Con el apoyo de la CNEA y otras organizaciones

Se trata de la Universidad Nacional de La Plata, que lleva instalados unos 72 paneles solares fotovoltaicos y busca convertirse en la primera institución académica del país capaz de garantizar un 100% de su suministro energético mediante fuentes renovables.

En el marco del programa de Interconexión a Red de Energía Solar Urbana Distribuida (IRESUD), que impulsa un convenio asociativo público-privado (CAPP) conformado por dos organizaciones estatales y cinco privadas, la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) quiere convertirse en la primera casa de estudios del país que se autoabastecerá energéticamente a partir de fuentes limpias.

Por lo pronto, ya hay 72 paneles solares montados en la Facultad de Informática de la institución que cubren un 20% del consumo total de dicha dependencia. “Se trata de un primer paso que puede considerarse pequeño, pero no deja de ser prometedor. La meta es satisfacer todas las necesidades energéticas de la Universidad con energía verde”, aseguró Javier Díaz, decano de la Facultad situada entre las calles 50 y 120, en plena ciudad de las diagonales.

Los paneles fueron instalados en la terraza de dicha sede, sobre una estructura de hierro. Compuestos por módulos de silicio cristalino de origen italiano, se encuentran conformados por 60 celdas de aproximadamente 1,7 metros de alto por 1 metro de ancho. En conjunto, generan una potencia pico de aproximadamente 17 kilowatts (Kw).

“Además de mostrar la viabilidad de un suministro de energía limpia y sustentable, este proyecto tiene un alto impacto educativo entre nuestros alumnos, ya que la instalación se ha realizado resaltando su visibilidad, el diseño de los paneles, la eficiencia energética y su relación con el clima a través de las mediciones efectuadas con la estación meteorológica”, puntualizó.

A decir del titular de la UNLP, Fernando Tauber, la iniciativa se enmarca en la agenda ambiental que tiene la entidad. “Es una muestra más de nuestra constante preocupación por el desarrollo, la investigación y utilización de fuentes de energía renovables”, resaltó.

Know-how local

Integrado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y las firmas Aldar, Edenor, Eurotec, Qmax y TE Connectivity, el CAPP que lleva adelante el programa IRESUD se encuentra investigando e implantando los primeros proyectos piloto de energía solar en áreas urbanas y periurbanas de todo el país. El objetivo es demostrar que un nuevo modelo energético es posible.

Una de las principales tareas contempladas por el programa estriba en desarrollar e impulsar el establecimiento de instrumentos normativos que promuevan los sistemas fotovoltaicos distribuidos conectados a red. Esta clase de energía para usos domésticos y comerciales podría colaborar con el abastecimiento nacional, la diversificación de la matriz de consumo, la sustitución de costosas importaciones de combustibles fósiles y el cuidado del medio ambiente.

Para contar con el mayor know-how posible, los primeros proyectos fotovoltaicos del IRESUD tienen como sede diversos organismos de ciencia y tecnología, lo que facilita sustancialmente el análisis, los ensayos, la determinación de eficiencia y la calificación de los diseños.

Otras iniciativas

El emprendimiento de generación fotovoltaica en la Facultad de Informática no es la única propuesta vinculada con el desarrollo de energías alterativas que promociona la UNLP. Por caso, el Laboratorio de Óptica de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la UNLP planea montar sistemas ópticos concentradores de energía solar para garantizar la iluminación exterior del predio donde funcionan las Facultades de Psicología y de Humanidades.

En tanto, un grupo multidisciplinario de especialistas concentra esfuerzos en la investigación y el desarrollo de un sistema de suministro basado en el hidrógeno. “Aspiramos a posibilitar el uso de este recurso para almacenar fuentes energéticas que nos permitan reemplazar los derivados del crudo y el gas natural”, explicó Walter Triaca, investigador del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA) de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP.

Por su parte, los estudiantes Bruno Marastoni y Juan Lapuente elaboraron un proyecto que analiza el tranvía eléctrico como una opción adecuada para solucionar en el largo plazo una serie de dificultades que caracterizan el sistema de transporte platense. “La construcción de una red de tranvías disminuiría el consumo de combustibles derivados del petróleo, mejoraría la calidad del aire, evitaría emisiones de gases de efecto invernadero, aminoraría el nivel de ruido generado por el tráfico, optimizaría el uso de los espacios públicos y reduciría los congestionamientos, entre otros beneficios”, puntualizaron.

Fuente: Revista Petroquimica Petroleo, Gas y Quimica, 31/05