Serbia es el país con la electricidad más barata
La principal compañía eléctrica del país es de propiedad pública, y aunque se ha abierto el mercado en los últimos años, sigue en una posición dominante.
Además, los consumidores pueden optar por el mercado libre a acogerse a los precios regulados por el estado, que lucha para que no suban -una petición constante del FMI- incluso asumiendo pérdidas. Aún así, sus precios subieron un 12% en 2015 y un 3,8% en 2016 debido a las presiones del FMI.
Otra de las razones de su menor costo tiene que ver con la producción, que según un informe de 2015, depende en un 70% de plantas de carbón (poco eficiente y muy contaminante, pero barato) y un 30% de energía hidroeléctrica.
En el caso de Francia, sin embargo, las razones tienen más que ver con una gran importancia de la energía nuclear (en torno al 75%) lo que mantiene los precios bajo control (la energía nuclear, que debe estar en constante funcionamiento, sale siempre a subasta). Sin embargo, la parada en verano de 21 de las 58 centrales nucleares para una revisión inesperada ha puesto en jaque al sistema y disparado los precios en el país galo y sus vecinos.
Lo que es más preocupante es que, en España, con un mix eléctrico muy equilibrado (36% fósiles, 22% nuclear, 42% renovables), compran la electricidad tan cara como en Italia (65% de energías fósiles, las más costosas) y mucho más cara que Alemania, que a pesar de sus avances hacia las energías renovables, sigue dependiendo en un 62% de energías fósiles.