Estaba anunciada para mitad de año, pero se avanzó poco y nada. Se trata del ensanche de la avenida Rivadavia en la zona de Primera Junta, a la altura de las cocheras del subte A, pensado para descomprimir el caos de tránsito en un área de alta congestión.

La zona de ampliación, en el corazón del barrio de Caballito, se extiende entre las calles Cachimayo y Emilio Mitre e incluye el boulevard que se encuentra en medio de la avenida. Allí, planean agregar un carril y medio, además de generar un giro a la izquierda en la calle Cachimayo. Para sumar metros, prevé reducir la rampa del subte A que conecta con el taller Polvorín.

Los vecinos dicen que los trabajos están en “stand by”. “La obra está suspendida desde principios de mayo”, asegura una integrante de la asociación SOS Caballito, que vive a sólo media cuadra de la zona. “Pusieron un cartel y armaron una especie de obrador que ocupa gran parte de la plazoleta Primera Junta”. Esto deja apenas un estrecho pasillo para los peatones que atraviesan Rivadavia a la altura de Cachimayo y que deben esperar al menos un minuto allí para que el segundo semáforo les permita cruzar.

Ese paso provisorio es precario, inseguro por la noche e insuficiente en relación al tránsito peatonal. Es que, a metros de allí, hay escuelas, varias bocas de subte y hasta una estación del ferrocarril Sarmiento a una cuadra.

Las organizaciones barriales de Caballito ya se habían hecho oír ni bien se anunció la obra. Esa vez, el reclamo fue por la preservación de las rejas exteriores de la rampa, que fueron colocadas hace más de cien años y tienen un gran valor patrimonial. Las autoridades confirmaron al poco tiempo que aquellas no serían reemplazadas sino movidas de lugar.