Banco Mundial colabora con Marruecos y Egipto en dos proyectos innovadores que usan una tecnología híbrida de energía solar concentrada

El Banco Mundial ha colaborado con Marruecosi y Egipto i en dos proyectos innovadores que emplean una tecnología híbrida de energía solar concentrada (CSP, por sus siglas en inglés) para reducir la dependencia de combustibles fósiles y recortar las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos proyectos han demostrado que es posible construir usinas de energía usando esta nueva tecnología en Oriente Medio y Norte de África (MENA) proporcionando resultados claros. Entre ellos están la eliminación de 20.000 toneladas de emisiones anuales de CO2 en la planta de Marruecos y 40.000 toneladas en Egipto, una menor dependencia de combustibles fósiles y la creación de puestos de trabajo en ambos países.

La región de MENA crece rápidamente y con ello aumenta el consumo de energía en una proporción cercana al 7% anual. La mayoría de las centrales eléctricas depende de los combustibles fósiles. La CSP es una tecnología relativamente nueva con un potencial elevado para la reducción de las emisiones de CO2 y otras emisiones nocivas en el sector energético. Los incentivos públicos en España y Estados Unidos de los últimos años y el aumento de las tareas de investigación hicieron que la tecnología avance rápidamente y esté disponible para el uso comercial.

Varios proyectos de energía eólica y otros más pequeños de energía renovable que recibieron el apoyo del Banco Mundial, el Organismo Alemán de Desarrollo (KfW)y otros en los últimos años, aumentaron la confianza de los países y los financistas en la viabilidad de los proyectos de energía renovable en la región y países como Marruecos y Egipto crearon recientemente sus propios organismos independientes para el desarrollo de proyectos de energía renovable.

Las alianzas creadas entre los países, las empresas de energía renovable y los donantes como el Banco Mundial y otros, permitieron la implementación de los proyectos de demostración en Marruecos y Egipto. Con el fin de institucionalizar la tarea, se brindó asistencia a ambos países para la creación de organismos nacionales especializados que están adquiriendo gradualmente experiencia en la implementación de proyectos de CSP y para obtener las lecciones prácticas que se necesitan en este sentido.

Una preocupación clave expresada por diversas partes interesadas tiene que ver con los beneficios que surgen para las economías locales de la aplicación de proyectos de energía solar. El Banco Mundial puso en marcha un estudio sobre la fabricación local de componentes y los servicios locales. El estudio analizó las oportunidades y retos de la creación de un mercado regional de suministro de CSP. Dicho estudio concluye que aunque se espera que ciertos componentes específicos lleguen de Europa en el corto plazo, la gestión global, las estructuras de acero y las obras públicas podrían estar a cargo de empresas locales en la actualidad o en los próximos años, como se observa en el caso del proyecto de Kureimat en Egipto.