Con el objetivo de dar a conocer las posibilidades en torno a la producción de carbón activado, esta mañana se realizó en casa de gobierno un encuentro regional sobre el tema. La idea es analizar las oportunidades de utilizar el carbón activado como alternativa para agregar valor a la producción forestal y agroindustrial de la provincia y el nordeste del país.

Al mismo tiempo se presentó el emprendimiento denominado Parque Biomásico Energético, una planta que se encuentra ubicada en Aristóbulo del Valle para la producción de carbón activado y generación de energía con el remanente del calor, a través del aprovechamiento del raleo de maderas implantadas y costaneros y despuntes de aserraderos.

El evento contó con la participación del experto colombiano Waldemar Trejo, un ingeniero que hace 30 años está en el negocio del carbón activado. Asistieron, además, los ministros de Industria, Luis Lichowski, del Agro, José Luis Garay; el secretario de Industria Jorge Romeo; además de Intendentes, autoridades de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNaM y diputados provinciales.

En su exposición, el experto colombiano delineó aspectos, tanto de la producción como de la comercialización del carbón activado. Trejo explicó que el principal uso del carbón activado es el tratamiento del agua potable, y su posterior utilización en las industrias comestible, alimenticia y farmacéutica.

En América Latina, el principal importador de carbón activado es Brasil, ubicándose Argentina en el segundo lugar. Y el principal proveedor de este producto en el mundo es China, que concentra el 60 % del mercado total de carbón de origen mineral, que ya no es tan barato y por eso la producción nacional puede llegar a ser muy competitiva.

En lo inmediato, la fábrica tendrá dos impactos muy importantes: por un lado, el impacto social, con la generación de empleo; y otro, el impacto ambiental con el aprovechamiento de residuos de raleo, implantados y aserraderos.

Con respecto a la generación de empleo la fábrica dará trabajo en forma directa a entre 90 a 100 personas (que se desempeñarán en el parque biomásico energético), que tendrán relación de dependencia. En forma indirecta 150 personas (cosecha, carga y transporte de la materia prima), y 1600 personas, entre proveedores de raleo, actividades conexas de servicios, compra – venta de insumos y otros.

En lo que concierne al impacto ambiental, ya que se aprovecharán los residuos de raleo de bosques, implantados y aserraderos, dado que éstos tienen muchos residuos provenientes de despuntes y costaneros que serán utilizados como materia prima para la producción de carbón activado. En tanto, el raleo no es aprovechado por el productor y constituye un peligro como foco de incendio y, en muchos casos, queda en las chacras por el alto costo de traslado a las empresas Alto Paraná y Papel Misionero.