El actual puerto de Corrientes con sus gigantescas grúas y hermético funcionamiento desde la época de la conquista fue la salida al mundo que tenía la provincia. Se lo considera en la actualidad como un gigante dormido, ya que lejos está de un funcionamiento óptimo.

Las primeras obras datan de 1876, cuando se construyó un muelle de pasajeros y de carga. Según publica el profesor Andrés René Rousseaux en su libro “Historia del Puerto de la ciudad de Corrientes”, desde hacía tiempo se reclamaba esta obra.

La ubicación comprendía la zona costera entre la punta San Sebastián y la “ensenada” que se forma hacia el norte de ese vértice empedrado. La piedra fundamental para la obra fue colocada el 24 de octubre de aquel año, bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda y la gobernación de José Luis Madariaga.

El presidente de la obra, Federico Roibón, expresó: “El puerto revela la grandeza de pensamiento y la fe que tienen los señores municipales para llevar a cabo esta obra de tanta necesidad y digo así porque observando la configuración especial de este puerto, se ve cuán indispensable es amurallar estas costas amenazadas a derrumbarse por las corrientes de las aguas durante las crecientes del Paraná”. Los trabajos avanzaron a un ritmo muy lento.

Un paso decisivo se dio el 30 de junio de 1884, cuando el Ejecutivo nacional aprobó los planos y presupuesto para la construcción de un muelle, muralla y terraplén con un costo de $97.885. Se considera que este sería el primer trabajo encarado de manera seria, ya que dio origen al actual puerto.

Anteriormente, el 25 de octubre de 1883, se había aprobado la Ley 1.386 que autorizaba que se realicen las obras, donde se consideró que era necesario afectar para tal fin la suma de 80.000 pesos fuertes.

Para llevar a cabo las mismas, el inspector de Obras Hidráulicas del Departamento de Ingenieros de la Nación aconsejó la expropiación de algunos terrenos pertenecientes a los señores Pampin, Vidal, Mengochea, Gallino, Barrios y Roibón, que quedan frente al paraje destinado a la construcción del nuevo muelle.

Fue levantado en el mismo lugar donde se encuentran los actuales. Una de las principales características fue que los pilotines de hierro y plataforma de madera fueron instalados en aguas más profundas, lo que permitió el calado de buques de mayor tamaño.

El actual puerto terminó de construirse en 1950, estando las obras a cargo del Ministerio de Obras Públicas – División Paraná Superior, las cuales sufrieron diversas demoras por la escasez de designaciones presupuestarias. La construcción de los nuevos muelles de hormigón armado reemplazaron a las antiguas estructuras de madera dura.