Coyuntura del sector maderero
La industria de la madera apuesta a mejorar la competitividad y a sostener los puestos de trabajo
La Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines y el Instituto Nacional de Tecnologia Industrial generaron un informe para reflejar la coyuntura del sector.
El Observatorio de la Madera y el Mueble (OIMyM) trabajó durante meses en un informe sobre la actualidad del sector, un primer relevamiento estructural de la situación en la que se encuentra el sector. Mediante una encuesta realizada entre 481 empresarios con establecimientos en 19 provincias, el Observatorio logró una “foto” que permite evaluar las fortalezas y debilidades de la industria y así mejorar la competitividad.
Como primer resultado de ese informe, puede verse una retracción del nivel de producción de la cadena de valor foresto industrial de un 10,6% y una caída en las ventas de un 25% en 2016.
Pedro Reyna, Secretario General de la Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (Faima) advierte que el principal desafío que enfrenta el sector es la caída de ventas como consecuencia de la contracción de la demanda. “Ante caídas marginales del salario real o de la rentabilidad empresarial, las decisiones sobre amoblamientos, decoración o instalación de nuevo mobiliario son de las primeras en provocar comportamientos precautorios en los consumidores”, explica.
El sector de la producción de madera y muebles está compuesto por 8.441 unidades productivas, de las cuales el 98,9% son pequeñas y medianas empresas.
El valor bruto de producción de la cadena de valor en 2016 fue de USD13.016 MM y su participación en el valor agregado industrial fue del 7,4%. La cadena de valor foresto industrial emplea de manera formal a 90.747 personas, lo que explica un 7,3% del empleo industrial argentino. Sumando servicios conexos deben considerarse otros 90.837 puestos de trabajo formales indirectos; es decir, un total de 181.584 empleos formales vinculados a la cadena de valor. En este cálculo no solo consideramos la producción de muebles, sino a toda la cadena.
La mano de obra intensiva que emplea el sector equivale a un 35% del costo total de los muebles. A pesar de la situación que describe el informe, Leandro Mora Alfonsín, Director Ejecutivo de FAIMA, afirma que los industriales “muestran rigidez a despedir operarios, puesto que son profesionales con alta calificación en su oficio, lo cual implica que las PyMEs madereras sostienen empleo aun en contextos de baja rentabilidad.
El 71% de las empresas asociadas a la Red FAIMA no piensa hacer cambios en su dotación de personal en 2017, a pesar de la caída de las ventas, baja de la producción y aumento de costos. Alfonsín explica que la Federación todavía evalúa el impacto de los aumentos de tarifas en la ecuación de costos de las Pymes, con el fin arribar a un número preciso.
Según explica, el sector no es proclive a que se aprecie el tipo de cambio para mejorar su competitividad. “Pasó en el 2014, pasó en el 2016 y pasaría ahora si el dólar saltase de un día para el otro a $21, por poner un ejemplo. Entonces, el problema no es una cuestión cambiaria. Lo que necesita la Argentina es fortalecer canales para estimular la demanda”, analiza
Frente a la situación, los productores trabajan en un plan de mejora de la competitividad y de desarrollo de las actividades clave de la cadena de valor. “Tenemos el potencial para ocupar posiciones de liderazgo internacional y, a la vez, brindar soluciones a problemas estructurales de la Argentina que comparte tanto con el Ministerio de Producción, como con otras dependencias del poder ejecutivo” se entusiasma el Secretario General de Faima.
La Federación y el Estado trabajan de manera conjunta en el impulso del uso de madera en la construcción, la generación de energía a través de residuos de madera y la incorporación de diseño (y otros intangibles) en las producciones de mayor agregado de valor, como el Proyecto Deseo.