El Plan Especial de Zonas Extremas contempla la creación de 5 mil viviendas nuevas de aquí al 2020, una decisión que mejorará la calidad de vida de los ariqueños, pero que debe contemplar un importante elemento: la creación de barrios que construyan una sociedad mejor y más inclusiva.

Al analizar la actual política habitacional aplicada en Arica es posible darse cuenta que únicamente se busca cubrir la falencia de viviendas, siendo esto una mirada cortoplacista que no considera que este desarrollo debe ir de la mano con una urbanización coherente, con una infraestructura urbana con áreas verdes, canchas, bibliotecas y espacios comunes de esparcimiento ciudadano.

Hay ejemplos para imitar, como lo que ocurrió en Medellín o Río de Janeiro donde se construyó e invirtió en el mejoramiento de lugares públicos, lo que atrajo la llegada de clase media logrando un desarrollo de ambas urbes, bajando de inmediato los niveles de delincuencia y logrando un equilibrio social.

En Arica se observan crecientes focos de una deformación, sobre todo en los sectores  periféricos, donde se experimenta un crecimiento sin el equipamiento ciudadano necesario. Hoy vemos que la inversión se realizó en los grandes espacios comunes del centro, como el Parque Ibáñez, Borde Costero, Registro Civil, pero no hacia la zona norte.

Hay iniciativas que van en la dirección correcta aportando a revertir la tendencia, como la construcción del Parque Punta Norte o el Proyecto Parque Las Torres, ejemplo que debe ser replicado para equiparar la falencia existente.

Es indispensable planificar la ciudad a 20 ó 30 años más, tal como lo hizo la Junta de Adelanto, cuando se diseñó y construyó Diego Portales pensando en el Arica de hoy.

Fuente: Cámara Chilena de la Construcción