Desde hace dos meses, el Gobierno porteño sigue con la puesta en valor del espacio verde. Habrá senderos, cestos, bebederos y luminarias nuevas. Y se recuperarán las obras de arte. Por ahora, no será enrejado.

Después de años de reclamos, los vecinos de San Telmo, Barracas y La Boca ven cumplirse — de a poco- un viejo anhelo: la reparación del histórico Parque Lezama. Desde hace dos meses, el Gobierno porteño lleva adelante un plan de recuperación del espacio verde que le demandará una inversión de 23 millones de pesos y estará a cargo del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad.

Los trabajos apuntan a la renovación completa de los caminos internos, las veredas que bordean el parque (sobre Paseo Colón, Brasil, Martín García y Defensa), diseñado por el arquitecto Carlos Thays, la colocación de nuevo mobiliario urbano (cestos de basura, luces, bancos, macetas y bebederos), la recuperación de las obras de arte y monumentos, además de las especies arbóreas y mejoras en el terreno y en el paisaje.

Los actuales caminos asfaltados serán reemplazados por senderos de piezas premoldeadas color teja, semejantes a los pisos originales de ladrillo. Para evitar conflictos con los vecinos, que interpusieron recursos legales más de una vez, los trabajos no contemplan el enrejado del espacio verde. No descartan hacerlo más adelante si se producen actos de vandalismo, pero por ahora permanecerá abierto y sin limitaciones horarias para su utilización.

La última vez que hicieron obras fue en 1999, pero después sus monumentos y mobiliarios volvieron a sufrir pintadas y roturas, como es el caso de la estatua de Rómulo y Remo, a la que le arrancaron brazos y dedos o el Monumento a la Cordialidad Internacional, donado por Uruguay y altamente deteriorado. La puesta en valor del Lezama es devolverle su diseño original.

Fuente: La Razón