Proponen llevar el monumento a Colón frente al Aeroparque
Lo ubicarían en un espacio verde junto al río. Aún falta el estudio de suelo. Los italianos insisten con no mudarlo.
Diarios, monedas, medallas, estampillas, billetes y libros, entre otros objetos, fueron descubiertos ayer luego de abrir un cofre que permanecía oculto debajo del monumento a Colón. Pero además de la revelación de esa especie de cápsula del tiempo de casi cien años, el Gobierno Nacional, con acuerdo de la Ciudad, le presentó a la comunidad italiana una nueva propuesta para mudar el monumento frente al Aeroparque. Allí existe un espacio verde –su nombre en el catastro es Hidroavión Buenos Aires– que se mete 163 metros hacia el río. Hay bares y parrillas, y justo al final del paseo hay una plazoleta redonda, en donde colocarían el conjunto escultórico.
“Si el monumento creado por Arnaldo Zocchi no existiera, diría que es un buen lugar para ubicarlo. Pero existe y debe estar en la plaza Colón, detrás de la Casa Rosada, como dice la ley”, insistió el representante legal del Círculo Italiano, Horacio Savoia. Junto a otros integrantes de la comunidad, el escultor Domingo Tellechea –quien dirigió las trabajos para desmantelar el Colón– y el secretario de Presidencia, Oscar Parrilli, Savoia presenció la apertura de la caja de plomo: “Fue muy emotivo. Todo estaba en perfecto estado. Había incluso un pergamino dentro de un receptáculo de cristal”, contó el hombre, nieto de cuatro inmigrantes italianos.
También estuvieron Dario Signorini (Fediba), Luigi Pallaro (Feditalia) y Claudio Avruj, subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad. En torno a la nueva ubicación, Avruj aseguró que ya había sido propuesta por la Ciudad: “La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) no tiene objeción por la altura del monumento, pero faltan los estudios de suelo. Nación prometió que las obras se podrían acelerar para que en octubre la comunidad conmemore allí un nuevo aniversario de la llegada de Colón”, aseguró el funcionario. Hasta ayer se había evaluado llevar todo el conjunto, desarmado desde hace meses detrás de la Rosada, a la plaza Rubén Darío (se descartó porque el suelo no soportaría el peso) y a un vértice del Parque Lezama.
En la apertura del cofre, se encontraron también dos rollos fílmicos que podrían dar testimonio de cómo se construyó y cómo se armó el monumento que quizá en poco tiempo vuelva a ubicarse de cara al Río de la Plata. El cofre había sido enterrado en 1921, cuando comenzó la obra de montaje del grupo escultórico. Testimonios de una época que permanecieron 93 años en perfecto estado.
Fuente: Clarín, 04/04