Plantar árboles frutales es una excelente opción para quienes poseen un jardín algo extenso o quizá para quienes cuenten con una casa de fin de semana con espacio para ellos. Los beneficios que traen parten desde contar con sus frutos y aportarlos a la dieta de la familia, convirtiéndola en sana y natural por sus vitaminas y minerales; por su belleza, deliciosos aromas, variedad de colores y además, algunos, por su extensa sombra.

Condiciones

El período para comenzar a plantarlas es ahora durante el invierno o principios de la primavera. Los árboles necesitan mucha luz solar directa. Por otro lado, el suelo generalmente no debe ser húmedo. En cuanto a las condiciones climáticas, dependerá de la planta que elijamos, por ejemplo el cerezo necesita de mucho frío para crecer. Se debe tener en cuenta que no estén muy cerca del cemento de la casa y la distancia mínima entre árbol y árbol, no deberá ser menor de 3 metros , en la fila y entre líneas. El pozo donde se los plante tendrá que tener una profundidad entre 40 y 50 centímetros y es conveniente abonar bien la tierra que lo cubra.

Una vez plantado, en algunas especies se pondrá al lado un “tutor”, de madera ó caña, que se deberá atar delicadamente a la planta para protegerla de los fuertes vientos. También tendrá un seguimiento adicional para observar sobre el posible ataque de hormigas y de algún otro insecto.

¿Qué plantar?

En esta oportunidad vamos a recomendarles en principio el naranjo. La tierra para su cultivo tendrá que ser franco-arcillosa y tener buen riego, no una alta humedad pero si buen riego, sobre todo si nos decidimos por el naranjo dulce. La temperatura óptima es el tipo tropical, entre 8 y 36 grados, la ideal 23 grados, aunque soporta algunas heladas. Hay que cavar un hoyo de dimensión algo mayor a la maceta ó el terrón de la planta, introducir allí la planta como la sacamos de la maceta (con tierra incluida). Luego se rellenarán los huecos con la tierra extraída, y se le dará el primer riego que debe ser abundante. Los riegos posteriores serán cada siete días especialmente durante el primer año de plantación.

Si vamos a plantar un peral, sería conveniente que lo hiciéramos durante el invierno y además contar con un espacio amplio porque son árboles de gran magnitud. Este necesita un hoyo de casi el doble que su contenedor. La tierra deberá ser fertilizada, por lo que habrá que agregar un buen compost (en este caso puede consultar en su vivero más cercano para que lo aconsejen). Requiere un suelo con buen drenaje, homogéneo y profundo; le perjudica la humedad estancada en el terreno.

En cuanto al manzano, éste necesita un hoyo de unos 50 cm de profundidad al que se le agregará estiércol y fertilizante. El ancho del hoyo deberá ser algo mayor que las dimensiones de la raíz que de la planta. El manzano resiste mejor en climas frescos y durante los primeros tiempos es necesario un riego constante, ya que requiere humedad. Es conveniente realizar un surco en su alrededor para que el agua no se escape de la zona de las raíces.

El níspero es otro árbol frutal de buena altura y con una copa redondeada y ancha que da una muy buena sombra. Resiste el frío, pero su clima ideal es el cálido. Si bien crecen en una amplia variedad de suelos es importante que tengan un buen drenaje. En zonas secas necesita ser regado con mayor frecuencia.

Más información en www.verdeesvida.com.ar – Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas.