Mejoran la calidad de vida, reducen el estrés, absorben el polvo, disminuyen la falta de atención y el nerviosismo…

Más allá del beneficio decorativo, las plantas como bien es sabido mejoran la calidad del aire, reducen el estrés, la falta de atención y el nerviosismo. También generan un ambiente más natural e incluso aumentan la productividad al sentirse uno, en un ambiente más sano.
Es por eso que la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas les recomienda tener algunas plantas que pueden conseguir en cualquier invernadero. La “armonía verde” entra por los ojos y la nariz, porque además algunas tienen fragancias, que sumadas a la acción depurativa e impacto visual, crean bienestar y aumentan la vitalidad.

Estudios avalados

Un estudio realizado hace dos años por el Real Colegio Agrícola de Cirencester, Inglaterra, indica que en lugares decorados con plantas mejora la calidad ambiental y la salud física y psicológica de las personas. El estudio asegura que en una habitación donde hay plantas, la falta de atención de los estudiantes y trabajadores presentes se reduce en un 70%, además ellas nivelan la humedad, ayudan a prevenir la tos y resequedad de las mucosas, garganta y piel. Por otro lado, absorben polvo y ruidos. Todos estos métodos ya se están aplicando con buenos resultados en oficinas, universidades, tiendas y hoteles, de hecho son elementos indispensables aconsejados por los decoradores profesionales.
Igualmente, a la hora de comprar plantas para tu oficina debes tener en cuenta las condiciones en la que éstas se encuentran: aire cerrado, poca o nula luz solar, sólo iluminación artificial y poco agua. A continuación, te recomendamos algunas. Las características de cuidado de estas especies son relativamente uniformes: temperatura moderada de 12º a 28º grados, luz, aunque sea artificial (sin son de tubos fluorescentes o lámparas de bajo consumo mejor) que pueda sustituir la natural y riego moderado con sustrato liviano – esponjoso, lo más común (turba, hoja de pino molida y resaca de río).
Dracaena: Muchos la conocen como “bambú de la suerte”. Posee hojas largas y puntiagudas y sus rayas pueden ser, según variedad, blancas, amarillas o rosas. Crecen con poca luz y el riego depende de la variedad elegida.
Aglaonema: Perfecta para ambientes con poca luz y calor. Para que florezca se le debe dar un descanso invernal de 20 días y con poco riego, en un lugar fresco. En verano además de regarla, se la puede pulverizar dos veces por semana; en invierno el riego puede ser cada 10 días.
Ficus Benjamina: Si bien son plantas que se adaptan absolutamente a todos los lugares, lo que no toleran es la falta de luz. Es una planta muy agradable por su follaje y brillo.
Palmito: Es una planta tanto de interior como de exterior. Muy resistente al calor y la sequía, pero no soporta las heladas. Necesita luz y riego de vez en cuando.
Croton: Necesita una temperatura más o menos uniforme. Sus colores son más vivos cuanta más luz tenga. Para sus cuidados requiere buena iluminación y humedad.
Otras posibilidades son: Dieffenbachia, Calathea, Pothus, Syngonium, Areca, Palmito, Chamaedorea, Helechos, Massangeana y con flor Spathipyllum (que entrega en determinadas horas un perfume dulce muy lindo), Sainpaulia (Violeta Africana), Bromelia y Begonias.
Más información en: www.verdeesvida.com.ar