Por Alberto A. Ferrareis
Maestro mayor de obras
Asesor del Colegio de Técnicos de la provincia de Buenos Aires Distrito III, Lomas de Zamora

Con la llegada del frío debido el uso de artefactos alimentados a gas y de burletes que tapan ventilaciones se produce un marcado ascenso de accidentes –muchas veces fatales– por inhalación de monóxido de carbono o por  asfixia. Por esto, la empresa Metrogas  generalmente comienza en esta época con una campaña de prevención.

Los accidentes se producen  por la combustión incompleta del gas natural que conduce a la formación de gases tóxicos como monóxido de carbono (CO) y otros letales.

El monóxido de carbono, originado por esta combustión incompleta, se combina con la sangre a través de los pulmones mucho más fácilmente que el propio oxígeno.

La larga exposición de la llama, a la que están expuestas las personas que se encuentran todo el día en ambientes cerrados, suele provocar una intoxicación progresiva –no detectable día a día– que altera el funcionamiento del sistema nervioso y provoca lesiones neurológicas. Incluso con poca cantidad de partículas y una exposición breve pueden producirse daños irreparables.

Por seguridad, desde hace años los artefactos contaban con el uso de una válvula que detectaba la llama a través de una termocupla que cortaba el paso del combustible si esta se apagaba accidentalmente.

A fines de los 90, tras un análisis de las medidas de seguridad internacionales se  decidió introducir en Argentina “el piloto analizador de atmósfera” con el  objetivo de cortar el paso del gas cuando el nivel de oxígeno en el ambiente es bajo.

Para alcanzar este objetivo, la resolución N° 1.188 del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) estableció que todos los fabricantes desde marzo de 2000 deben producir y comercializar los artefactos a gas con un dispositivo llamado control de atmósfera.

Además, el ente regulador les indico a las distribuidoras (Metrogas, Gas Natural y otras), las cuales poseen poder de policía, que exigieran el cumplimiento de las NAG-215 que norman las rejillas de ventilación permanente en las  instalaciones internas para habilitarlas.