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Aquellos viejos tranvías…

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Sobre vías fantasmas que son testigos del pasado. Los tranvías marcaron una época en la ciudad, asociada al desarrollo y el progreso. Su abandono y desaparición por problemas económicos significaron el fin de muchos años de prosperidad. Eduardo Héctor Trimaglio, ex-guarda de tranvía, recuerda esta historia color sepia.

tranvia

Los tranvías en Santa Fe recorrieron las calles durante 76 años. Primero fueron los “tranvías a caballo” (tiro a sangre) desde el día 3 de mayo de 1885, que fue la fecha inaugural, bajo la primera intendencia de don Mariano Comas. Su recorrido era el siguiente: desde las calles Rivadavia y 1° Junta, doblando al sur por la calle General López, desde allí hasta la Plaza Pringles frente a la Legislatura. Este servicio se prestó durante 29 años hasta el 25 de marzo de 1914, día en que fue reemplazado por el “tranvía eléctrico”, todo un acontecimiento para la ciudad.

Este servicio fue muy eficiente por años, puesto que no solamente transitaba sobre las calles adoquinadas, sino que lo hacía también por las de tierra.

La empresa disponía de un coche abierto llamado “La zorra”, en el cual había ganchos de gran tamaño donde se colgaban las medias reses de los animales faenados en ese lugar, con destino a los mercados Central (actual Plaza del Soldado), Mercado Progreso y Mercado Norte.

Esa empresa perteneció a la “Compañía Argentina Central de Electricidad” y era también la propietaria de la “Usina Calchines” hasta el año 1949, cuando la provincia se quedó con la usina y a los tranvías los intervino el municipio.

El tranvía eléctrico prestó muy buen servicio, sus coches eran grandes y con 32 asientos muy cómodos. Esta amplitud hacía que en horas pico -a la entrada y salida del comercio- transportara más de 100 pasajeros. Los colectivos eran tan pocos que no podían aliviar al servicio de los tranvías,

La empresa disponía de 58 coches y 6 acoplados, estos últimos, a la hora de la salida de los empleados de comercio, se incluían a las líneas 4 y 5. La firma tenía 11 colectivos llamados Línea A para mantener 7 vehículos en servicio activo, que eran de marca “Chevrolet” modelo 1935 y, a pesar de los años, los coches estaban siempre completando la línea.

La citada empresa tenía 6 líneas de tranvía. En forma experimental salió la línea 7, pero fue por muy poco tiempo.

Cuando se hicieron historia

A pesar de los años, el tranvía seguía siendo el preferido de la gente en Santa Fe. Y este servicio ha dejado muchos recuerdos. Pero también debemos decir que a pesar del crecimiento de la ciudad y después de que fuera intervenido por la Municipalidad, debido a lo escaso del presupuesto invertido para mantenerlos en condiciones, se fueron deteriorando tanto las vías como la red aérea.

En aquel entonces también le costaba a los empleados del sector cobrar los sueldos. El gremio al que pertenecían, la Federación de Luz y Fuerza, intensificó por bastante tiempo las correspondientes medidas, pero no logró mantener este servicio activo.

Desde Buenos Aires “Energía y combustibles” mandó liquidar dicha empresa con las siguientes condiciones: Agua y Energía tomaba el personal que así lo deseara, pero en su mayoría fue trasladado a otras provincias, con excepción de los que conocían sobre electricidad, quienes podían quedarse en Santa Fe.

La otra alternativa era formar grupos de tres personas y quedarse con alguno de los coches de la línea A, o esperar la indemnización de la línea 5, siempre en grupos de tres. Como último recurso, la indemnización por $5.000 por año de trabajo. Con todo esto acordado, se fijó la fecha 30 de abril de 1961 para la cesación del servicio de tranvías.

Ese día, a las 22.48, el coche número 1 de la línea 4, a cargo del guarda Carlos Ferrero y el motorman Alberto Pavé, guardarían ese coche como el último tranvía y el servicio se despedía para siempre.

Al llegar a la intersección de las calles 25 de Mayo y bulevar Pellegrini, gran cantidad de personas se agolparon para saludar al último tranvía. En un acto simbólico tomaron a cargo el coche Luciano Sartori, hombre ya jubilado que fuera aquel 25 de mayo de 1914 el primer motorman, junto a Luis Pividori, y ambos se dirigieron a la Estación Progreso, a pocos metros del lugar. Así quedó sellada la historia de los tranvías en la ciudad de Santa Fe, después de 47 años de andar y desandar las calles de nuestra ciudad.

Fuente: El Litoral de Santa Fe

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