A prueba: una tablet con demasiadas aspiraciones

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La Yoga Book a prueba: una tablet con demasiadas aspiraciones

El teclado táctil Halo de la nueva Yoga Book de Lenovo no es para escribir largas novelas, porque es casi imposible teclear sin mirar, algo que solo se consigue con teclas reales. Pero este modelo tampoco pretende ser una verdadera notebook, sino que con su formato DIN A5 se acerca más a una tablet.

El teclado táctil Halo es tan innovador como frustrante. Después de lanzar una tablet con proyector móvil, los desarrolladores de Lenovo se atreven con una nueva quimera: una tablet unida a una superficie táctil que sirve como teclado o como tabla de dibujo con el lápiz digital que lleva incorporado.

El monitor de 10,1 pulgadas ofrece una resolución algo mayor a Full HD (1.920 x 1.200 píxeles), y en el interior de este dispositivo, que pesa sólo 690 gramos, hay un chip Intel Atom, 4 GB de RAM y 64 GB de memoria (ampliable a 128 GB).

El nivel es, pues, el de una gama alta de smartphone pero con una enorme pantalla y teclas.

Es bastante irritante que la Yoga Book se cargue mediante un enchufe USB 2.0 en formato micro. Por eso solo se pueden conectar en general otros aparatos o lápices USB mediante un adaptador. Lo mismo vale para el pequeño puerto HDMI. Sin adaptador no se hace amigo de monitores ni proyectores.

Pero pese a esto, es posible vivir momentos muy agradables con la Yoga Book, por ejemplo viendo la serie favorita en la cama. La pantalla es clara, el sonido muy bueno para un aparato tan pequeño, gracias a su forma flexible es siempre estable y con la batería cargada se pueden ver varios capítulos o películas.

También es ideal para aquellos a los que les guste dibujar o hacer anotaciones a mano. La Yoga Book no es comparable con superifices de dibujo profesionales, pero para esquemas y sencillos dibujos digitales es suficiente.

Una idea realmente buena es el bloc de notas que trae y que se sostiene de forma magnética sobre la superficie de dibujo. Si se escribe sobre el block, el texto y los dibujos se copian simultáneamente de forma digital, por ejemplo en el programa de notas OneNote.

No es muy agradable, en cambio, para escribir textos largos, porque el teclado hace que uno cometa erratas. Un motor de vibración intenta valientemente sustituir a la sensación de la existencia de verdaderas teclas, pero no lo consigue.

El touchpad es también poco preciso. Después de dos semanas soltando algunas maldiciones, al final uno se acostumbra a este teclado Halo, pero no es amor verdadero lo que se siente.

En resumen, se trata de una tablet muy útil con sistema operativo de PC, una tabla de dibujo digital y un reproductor de video. Con un poco de acostumbramiento puede ser una buena opción como aparato para usar durante los viajes. Aunque sin esperar un rendimiento de una verdadera notebook.

La Yoga Book viene con el sistema operativo Windows 10 (por unos 600 euros) o con Android 6 (a partir de 500 euros). Quien no necesite Windows sí o sí puede apostar por Android: no sólo se ahorrará 100 euros, sino que no se verá en la tentación de pedirle a la máquina más de lo que puede hacer.

dpa

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