Fontenla realizó la subasta de muebles intervenidos por personalidades de la cultura a beneficio de Fundación Flexer
Se recaudaron en el momento  $ 87.000 y aún quedan cuatro obras por subastarse.

Fontenla (www.fontenla-furniture.com), la empresa de diseño y fabricación de mobiliario nacional de mayor presencia en el mercado premium, lleva  adelante una campaña a beneficio de Fundación Natalí Dafne Flexer (www.fundacionflexer.org) de ayuda al niño con cáncer.

Para ello, ha puesto a disposición una serie de piezas de mobiliario, que fueron intervenidas por diversas personalidades del ámbito de la cultura, entre ellas, Enrique Pinti, Martiniano Molina, Pepe Cibrián, Eduardo Pla, Amalia Amoedo, Nik, Verónica Varano, Ana Torrejón y Carolina Muller. Catherine Fulop retrató a cada artista con su pieza. Las imágenes se exhibieron junto a cada una de las creaciones.

Los chicos que asisten a la fundación también tuvieron la oportunidad de intervenir un mueble, supervisados por la profesora de plástica de la entidad.

Carolina Müller eligió una banqueta estilo Luis XV realizada en madera con lustre roble claro y un agregado de tachas oxidé. Está recubierta con pana color oliva y un tapizado de hojas artificiales verdes, su color fetiche.  El diseño, al que bautizó “Jardín Feliz”, está inspirado en un jardín imaginario de begonias repleto de verdes y naturaleza. Si bien consiste en un objeto inanimado, el detalle de las hojas le aporta vida a la pieza y al espacio en el que se lo ubique.

Edith Grynszpancholc y Leticia Garcia, ambas autoridades de la Fundación Flexer, seleccionaron un banco en color blanco mate, inspirándose en banco de plaza. Este modelo fue creado e intervenido especialmente por los chicos que asisten a la entidad, bajo la supervisión de la especialista en plástica.  Cuenta con un dibujo de flores y una aplicación del logo de la fundación, almohadones crudos con estampado de manos a colores realizado por los chicos.

Martiniano Molina prefirió un sillón de madera en color natural, tapizado con tela estampada con las manos de los niños de Fundación Flexer. Lleva un almohadón riñonera con el mismo estampado. Martiniano participó de todo el proceso de diseño del mueble. Asistió a la fábrica de Fontenla, seleccionó las maderas, supervisó los cortes, y se encargo de llevar la tela a la Fundación para hacer el estampado junto con los chicos.

Enrique Pinti intervino un sillón de tres cuerpos estilo francés, modelo Toujours. Optó por tapizarlo en una pana rica y generosa, inspirada en los grandes teatros líricos del mundo. Es de madera con lustre color wengue, con tachas oxidé. Tiene capitoné y dos almohadones riñoneros, que llevan la inscripción “Salsa Criolla”, conmemorando el aniversario del estreno de la obra.

Verónica Varano se inclinó por una mesa redonda de madera laqueada en blanco. Tiene un diseño futurista, con una amplia bandeja central giratoria y un balde interior realizado en metal para ubicar las botellas, una alternativa inteligente para que no molesten visualmente al sentarse a comer.
El diseño fue ideado por Verónica junto a su hijo y llevado a cabo por el equipo de diseño de Fontenla. Fue pensado en función de sus necesidades como familia numerosa, para servir y compartir la comida con comodidad.

Ana  Torrejón seleccionó un Berger de cuero rojo, inspirado en su sillón preferido de la infancia en Puerto Madryn. En él pasaba horas dedicada a la lectura. Ana solía esconder sus libros bajo el asiento, y por eso el diseño de esta pieza contempló un espacio para guardar libros. A su pedido se sumó un posavasos de cuero con soporte rígido de madera de nogal, que permite sostener un aperitivo para acompañar la lectura. En la foto se la ve con la taza en la que su abuela le daba el té y con los libros, de la colección Billiken, con su firma en la tapa.

Pepe Cibrián eligió un sillón de pana negra, en homenaje a los 20 años de Drácula, obra emblemática en su carrera y su hijo predilecto. Tiene un almohadón con la frase del musical: “Qué sentido tienen la inmortalidad si no estás a mi lado”. También posee el logo bordado especialmente en el cabezal. Las patas se modificaron para asemejarlas a los típicos colmillos de vampiro.

Nik seleccionó un sillón de los ’50, que se tapizó impreso con la cara de su personaje más famoso: Gaturro. El respaldo también está impreso con dos dibujos del gato. Se optó por un lustre color negro que rememora la viñeta de la caricatura y por un lienzo color brillante para darle identidad a la pieza asemejándola al lenguaje comic.

Eduardo Pla eligió una mesa de estilo moderno, en negro mate, la que pintó con pintura acrílica formada por un tono naranja que contrasta con el fondo. Luego de hacerla, indicó que es la última tendencia en Italia. En este trabajo también refleja sus tradicionales esferas.

Amalia Amoedo seleccionó una mesa de centro de estilo inglés, una pieza clásica que siempre es valorada por el público y que pone en valor cualquier ambiente. La artista plástica decidió trabajar personalmente en ella, pintándola en dorado. En el centro tiene escrito: “Creer en uno”. Un mensaje que intenta asociar la fuerza del artista, con lo genuino de los materiales y la esperanza que propone la Fundación

Esta piezas, que expresan el sentir de cada uno de los artistas y de los chicos, se subastaron ayer en el Salón Versalles del Alvear Palace hotel a total beneficio de Fundación Natalí Dafne Flexer.

La Fundación Natalí Dafne Flexer (www.fundacionflexer.org), de ayuda a niños con cáncer, fue creada en 1995 por Edith Grynszpancholc en memoria de su hija. Con el apoyo de un grupo de amigos totalmente comprometidos por el afecto y la solidaridad, la Fundación comenzó a desarrollar actividades de contención emocional para niños enfermos de cáncer y sus familias. La Fundación brinda una contención integral, tanto para el niño enfermo de cáncer como para sus padres. No ofrece soluciones médicas directas, pero su intervención repercute en la calidad del tratamiento, en el bienestar general de la familia y en la capacidad de los adultos para acompañar a sus hijos.