Continuidad pedagógica desde el taller
Por Arq. Susana Di Méstico, profesora de la Escuela Técnica Nº 34 “Ing. Hermitte”
Durante más de veinte años he estado al frente de los cursos de quinto y sexto año de la Escuela Técnica Nro. 34 “Ing. Hermitte”. En ese lapso fue posible lograr una continuidad pedagógica entre los contenidos de las materias Proyecto 1 y Proyecto 2. Los objetivos para el primer curso consistían fundamentalmente en la comprensión del proceso de diseño, definición y evaluación de la situación problemática (sitio, tema y usuario), detección de condicionantes, formulación de ideas y toma de partido, para el manejo de organigramas funcionales simples y posterior desarrollo de un anteproyecto.
Para el segundo curso, ya superada la primera etapa del aprendizaje, los alumnos podían avanzar con situaciones más condicionantes y manejo de organigramas funcionales complejos, incorporando herramientas proyectuales, sobre todo morfológicas, a escala tanto edilicia como urbana.
El tema elegido era la excusa válida para ir avanzando en una formación, que si bien se simplificaba didácticamente para acercar los conceptos a un nivel secundario técnico, pude comprobar que constituía una base importante.
La propuesta de la Revista Vivienda con los concursos de ideas para estudiantes fue, en un momento, esa “excusa” válida que parecía haber sido formulada a la medida de tales objetivos, permitiendo trazar la estrategia didáctica sobre una situación concreta, que abordaba la problemática de los organigramas funcionales complejos, con la posibilidad del manejo de sistemas y subsistemas funcionales con fuertes condicionantes tanto del sitio como del usuario.
El trazado de un proyecto urbanístico requería profundizar en el manejo de herramientas proyectuales referidas a la forma urbana desde diferentes niveles perceptivos.
Cada año era un nuevo desafío. Conocer lugares e idiosincrasias diversas, descubrir recursos hacia los cuales apuntar la propuesta fue muy enriquecedor para los alumnos.
Los concursos de ideas fueron el broche de oro que cerró mi carrera docente en la escuela. Permitieron que verificara mis hipótesis didácticas de trabajo y lograra un acercamiento excepcional con los alumnos. Ya no era el docente frente al curso, sino el docente como guía junto a un grupo de estudiantes que se iban preparando para enfrentar la realidad
ADRIAN CATALDI:
YO TUVE LA SUERTE DE TENER A LA ARQUITECTA COMO DOCENTE DE ESTAS MATERIAS EN LOS AÑOS 1989 Y 1990, AÑO EN EL QUE EGRESÉ DE LA ESCUELA.
EN AQUELLOS AÑOS NO ESTABAN ESTOS CONCURSOS DE IDEAS QUE ORGANIZA LA REVISTA PARA LOS ALUMNOS, PERO LA PROPUESTA PEDAGÓGICA QUE LA ARQUITECTA NOS OFRECÍA EXCEDÍA POR LEJOS LA MEDIA DE LO QUE USUALMENTE RECIBÍA COMO NIVEL DE ENSEÑANZA UN ALUMNO DE ESCUELA TÉCNICA. HEMOS APRENDIDO LA TEORÍA SOBRE LAS ETAPAS DEL DISEÑO, LA TEORÍA DEL COLOR, DE LAS FORMAS, APRENDIMOS PERSPECTIVAS CON MÉTODO, SOMBRAS, ANALIZAMOS ENTORNOS MEDIATOS E INMEDIATOS DESDE LA DESCRIPCIÓN DEL MEDIO FÍSICO Y DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL, HACÍAMOS SALIDAS PARA DIBUJAR CROQUIS DE NO MÁS DE DIEZ MINUTOS PARA CAPTAR LA SÍNTESIS DEL LUGAR QUE SE INTENTA RELEVAR, ETC.
TODO LO QUE PUDE APRENDER EN ESTA APUESTA QUE LA ARQUITECTA DI MÉSTICO PUSO EN PRÁCTICA CON NOSOTROS ME SIRVIÓ CON CRECES PARA ENCARAR EL INICIO DE MI CARRERA DE ARQUITECTURA, AL PUNTO DE HABER RENDIDO EN EXÁMEN LIBRE LAS MATERIAS DE INTRODUCCIÓN AL CONOCIMIENTO PROYECTUAL 1 Y 2 DEL CBC.
POR ESO, CUANDO LEÍ ESTA NOTA CREÍ INTERESANTE COMENTAR MI EXPERIENCIA Y CELEBRAR QUE, A PESAR DE LOS INTERMINABLES INCONVENIENTES QUE EXPERIMENTA LA ENSEÑANZA PÚBLICA EN NUESTRO PAÍS, LA ARQUITECTA SUSANA DI MÉSTICO HAYA SEGUIDO CREYENDO Y CONTINUADO CON SU PROPUESTA DE ENTREGARLES A LOS ALUMNOS DE NIVEL SECUNDARIO UNA FORMACIÓN DE NIVEL UNIVERSITARIO.