Marcos Valenzuela,
creador de Espacio Valenzuela (www.espaciovalenzuela.com)

Quienes deseen tener una decoración romántica, lo primero que tienen que saber es cuáles son los colores que van a dominar la habitación. Años anteriores, eso se limitaba a una paleta de rosas y blancos, todo adornado con pequeñas flores inglesas. Actualmente las tendencias han cambiado y ahora reina el neoromanticismo. Por esto, en estos tiempos es posible recurrir a tonos más recargados como el morado, el parma, el turquesa, el coral, el gris perlado y el infaltable blanco.

Luego es momento de fijarse en qué tipo de materias utilizar, y estas se pueden multiplicar. Así, el lino espeso, adornos transparentes ligeros y encajes sirven para recrear el ambiente deseado. Los motivos también son variados, se puede ir desde las rayas y las formas geométricas hasta las clásicas flores de gran tamaño.
Con esta base en el cuarto, ahora hay que elegir los objetos que terminarán de dar personalidad al lugar. Así, en los aparatos de iluminación es posible colocar pantallas de encaj, lámparas de cabecera cristalinas o semitransparentes. Estas últimas son las que están de moda.

Procurar tener siempre una cesta de cestas con flores (pueden ser naturales y también algunas secas) es un detalle que suma. También son buenos los floreros con líneas del tipo Luis XV. Estos tips son funcionales y estéticos, pues alegran los ambientes y también les dan buen aroma. Es importante que las flores elegidas y el tipo de ramo no desentone con la decoración.

Los más osados pueden incluir plumas en el diseño de interiores. Esto se logra cosiendo o enganchando con alfileres varias plumas vaporosas y ligeras. También se pueden unir con cintas satinadas. Colgar cintas de raso, de diferentes anchos, es un recurso válido para recrear el estilo romántico. Estas pueden estar en la cabecera de la cama, en las puertas, anudando las cortinas. Quedan bien chic y hasta permiten dar un toque de color vibrante si se eligió una paleta de base neutra.

En cuanto a la cama, los baldaquines son el elemento primordial para el estilo romántico. Los géneros pesados dieron paso a las telas livianas según marca el neoromanticismo.  Ahora la cama se engalana con adornos transparentes, blancos espumosos que dejan espacio para los sueños, la calma y la voluptuosidad.
En los muros se pueden poner mariposas o figuras de pájaros en los vinilos autoadhesivos que ahora se usan tanto. Obviamente, también las pequeñas flores en una cantidad moderada. Con menos presencia, pero bien funcionales, los espejos también son un buen adorno para las paredes. En ellos lo ideal es que tengan marcos de madera trabajados y pintados en tonos pasteles o patinados.
Ahora, manos a la obra.