El sol asoma más temprano por el horizonte y las flores se abren lentamente con las caricias de sus rayos. La naturaleza nos invita a disfrutarla, a estar un poco más cerca de la tierra, y por eso las decoraciones de exteriores comienzan a cobrar protagonismo. Patios, galerías, jardines y terrazas se visten con las nuevas tendencias en materia de diseño, llenándose de colores y texturas.

Así como para los espacios interiores el eclecticismo es la vanguardia del momento, para los exteriores la idea es no dejarse condicionar por los límites lógicos que impone el estar al aire libre. Obtener rincones cómodos y atractivos es la premisa, tanto para adentro como para afuera. “Esto se logra con la adaptación de materiales que no son tradicionalmente de decoración. Es un aporte que hace la tecnología en el desarrollo de materiales, como la utilización de telas usadas en deportes náuticos -con protectores UV y tratamientos anti-hongos- para tapizar almohadones. También se puede optar por la transgresión y la despreocupación respecto a qué le sucede a un elemento si es expuesto a la intemperie, estas decisiones son las que priman en la actualidad. Ejemplo de esto es el uso de sillones clásicos tipo Berger o sofás Chester, ya sean tapizados en cuero o en tela, arañas de dimensiones importantes y mantas usadas como alfombras, entre otros”, argumenta Eleonora Mendoza, de Fontenla (www.fontenla-furniture.com).

Esta tendencia va ganando terreno en los cinco continentes, pues hay una vuelta a lo retro, pero también a poder disfrutar de cada pieza, pues crece la concepción de que están hechos para ser usados y disfrutados. “No es necesariamente cómodo para poner y sacar, pero tener un sillón tapizado en un jardín o en una galería (con o sin techo) es una de las mejores formas de hacer confortable y vivible un jardín, especialmente a la noche en verano o al mediodía cuando el tiempo está algo más fresco. Lo mismo con alfombras; una opción es ponerlas en el jardín junto con almohadones o sillones para un cumpleaños o una comida especial”, describe Fernando Bach, creador de Elementos Argentinos (www.elementosargentinos.com.ar).

Ambientar y personalizar

“En los jardines con dimensiones amplias es posible armar livings con mesas bajas, pero con una altura especial para que sean cómodas para comer. También, en las galerías y gazebos, las cortinas livianas aportan mucha calidez. A esto se agregan los accesorios como velas y candelabros para iluminar”, aporta Marcos Valenzuela, fundador de Espacio Valenzuela (www.espaciovalenzuela.com).

En este sentido, la diseñadora Susana Piazza, alma mater de Cuatro Elementos (www.4-e.com.ar), sostiene que “la luz de las velas produce ambientes mágicos. También son muy lindos los géneros, apoyar trapos o mantas en sillones y muchos almohadones. Si podemos darnos el gusto de poner un lindo aparador o roperito de madera, queda divino y es muy útil para tener a mano las cosas que vamos a necesitar para servir la mesa, para guardar toallas o incluso de las velas cuando no las usamos. Si hay lugar, podemos incluir alguna poltrona o hamaca para relax. Además, me gusta preparar algún rinconcito con música, pues si la idea es que usemos este espacio para reunirnos, nada más lindo”.

Para quienes buscan decoraciones más alegres, “el color debe ser una de las herramientas a tener en cuenta. Incluso puede aplicarse en los alrededores de la piscina y hasta en su interior con wallstickers. También, es importante tener en cuenta que el interior y el exterior entablen un diálogo armonioso, para que toda la casa sea percibida como una unidad”, advierten Verónica Lucarelli y Alejandra Mastenbaum, socias de Línea D Interiorismo (www.lineadinteriorismo.com.ar).

En cuanto al mantenimiento, obviamente los muebles de exteriores requieren otro tipo de cuidados, sobre todo porque muchas veces son olvidados durante los meses de invierno. Por eso, hay que tener en cuenta la inclemencia del tiempo y el desgaste que ésta provoca. “Si la decoración del afuera va a ser permanente, hay que pensar en el buen envejecimiento de los materiales, usando productos para mantener las maderas, pintando con frecuencia las piezas del jardín y tomando en cuenta que las telas y textiles expuestos al fuerte sol de estas latitudes van a requerir un cambio relativamente periódico”, aconseja Bach.