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A medida o estándar: cuál conviene

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decorAl momento de equipar una casa suele surgir una gran duda: ¿optamos por muebles estándar o por unos que estén realizados a medida? ¿Cuál es la ventaja entre elegir unos u otros? ¿Existen en el mercado tantas ofertas como para poder solucionar todo? Obviamente, el primer condicionante para responder tantos interrogantes es tener conciencia del presupuesto con el que se cuenta. Por otro lado, en el país se consiguen tanto piezas de diseño exclusivo como otras de fabricación en masa que pueden ser luego cutomizadas.

“El proyecto de un ambiente se puede resolver usando tanto muebles a medida o mezclando ambas modalidades de fabricación, pues así se logra una mayor libertad creativa y, por lo general, hace más rico o interesante el espacio. Casi siempre la decisión de usar piezas especiales está relacionada con el dinero con que cuente el dueño de casa”, explica la arquitecta Laura Alvarez, integrante del equipo creativo de Fontenla (www.fontenla-furniture.com).

Por su parte, Verónica Lucarelli, socia de Línea D Interiorismo (www.lineadinteriorismo.com.ar), considera que el si “el mueble estandarizado funciona bien, tanto por su diseño como por sus medidas, es mucho mejor pues costos suelen ser más económicos y se ha probado ya su funcionamiento. Sin embargo, hay lugares de la casa que requieren un equipamiento hecho especialmente, como los bajo escalera o las habitaciones irregulares”.
En ese sentido, Susana Piazza, decoradora y creadora de Cuatro Elementos, (www.4-e.com.ar), remarca que los muebles a medida son funcionales también cuando “el cliente necesita ubicar algún objeto de medidas especiales y también cuando es necesario disimular falsas escuadras en la construcción”.

Incluso, esta profesional señala como el avance de la tecnología ha movilizado la industria de los muebles a medida. “Por ejemplo, cuando armamos un home teather, difícilmente se puede conseguir una pieza estándar que sus medidas se adapten al espacio con que contamos. Además, es un rincón al que ahora se le da mucha importancia y por eso el dueño de casa prefiere contarnos sus necesidades con respecto al uso, enumerando si requiere espacio para adornos, para anexar equipos de sonido, que no se vean los cables y más.”

Ahora bien, es preciso destacar que un mueble diseñado a medida tiene ventajas importantes, como la posibilidad de que nos refleje como usuarios hasta poder tener mayor control en la calidad de los materiales y terminaciones. Pero, sin dudas, el aprovechamiento del espacio es muy mayor con esta modalidad.

“Pese a estos beneficios muchas personas dudan a la hora de encargar un mueble, pues quedan presas del mito del precio excesivo. Esto no sucede en nuestro mercado, donde sí son más caros, pero nunca a niveles inalcanzables (además, la mayor parte de los diseñadores dan facilidades de pago) como en los Estados Unidos donde hay una diferencia diez veces mayor por los diseños customizados. Siempre es mejor una pieza a medida, no hay posibilidad de que quede mal, que no entre o que no quepa en el ascensor, por ejemplo. Además, al elegir los materiales desde el inicio cada detalle tendrá la personalidad de su dueño”, aclara Horacio Tarrab, socio de Creadores de Ambientes (www.creadoresdeambientes.com).

“Obviamente, como todo trabajo personalizado, éste lleva más visitas, medidas y reuniones. Pero son muy efectivos en casos de muebles que deben ir de pared a pared, porque deben quedar perfectos. Además, están pensados exclusivamente para cumplir con los requerimientos de un caso particular, por lo tanto resultan la mejor solución. También se puede elegir terminación, lustre y color, no se está atado a una lista de colores básica”, agrega Alvarez.

Sin embargo, si se tienen muebles estandarizados o la unidad ya viene equipada (como suele pasar con las cocinas) es posible hacer pequeños ajustes para que no de sensación de algo masivo. “Hay numerosos trucos, desde cambiarles las manijas, agregarles módulos hasta aplicarles nuevos revestimientos”, sugiere Lucarelli.
Piazza, quien se declara amante de cambiarle la cara a los muebles, agrega otras opciones, como “hacerles una patina o wash white o algún lavado color shocking. Además, si el mobiliario es de madera maciza podemos jugar con abrir un poco la veta y trabajarla cambiándole el tono. En el caso de los enchapados en diferentes maderas podemos personalizarlos con objetos”.

Por último, Tarrab reflexiona que “hay un poco de desprestigio de la tarea del diseñador, pues el trabajo de diseño no se cobra, sólo los materiales y la fabricación. Sin embargo, en la labor del profesional se gana en la practicidad del mueble, en detalles como que tenga las cualidades para entrar por la puerta de la casa, que se amalgame al resto de la decoración o que sea una pieza que busque un protagonismo a propósito”.
Las opciones son muchas, tanto cuando se cuenta con mucho o poco dinero. Siempre es posible darse un gusto.

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