Arquitecto Alberto Campo Baeza
La labor creadora de un arquitecto necesita tanto de la cabeza como de las manos”, define el autor sobre el umbral de su nuevo libro. Y así, sostenido por la base de “construir ideas”, contundentemente y con extrema claridad, va desgranando los pasos íntimos del quehacer arquitectónico, cuyo punto de partida -aclara- “es el hombre como ser corpóreo y pensante”.

“Con la arquitectura el hombre se establece en un lugar para reposar”, dice cuando aborda el capítulo denominado “El establecimiento de la arquitectura” y subtitulado “Sobre la construcción del plano horizontal: el podio y la plataforma”. “El dominio del espacio es una sencilla cuestión de medidas, de dimensiones dominables a poner en relación con las dimensiones del hombre. Y, también, una cuestión de luz, sin la que la arquitectura no es nada”, afirma luego al concluir su siguiente capítulo (“El arquitecto que quiso atrapar el cubo de la arquitectura”). Las páginas finales abordan -entre otras- la obra de Barragán, Sánchez Arcas, Appia, Aparicio, Sancho y Madridejos, Tuñón y Mansilla, Aires Mateus, van Duysen, Vicens y Ramos, Le Corbusier, Niemeyer, y Meier.

222 págs. $ 36

Editorial Nobuko/Univ. de Palermo,

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