Son 5 las estaciones que levantó el Centro de Investigaciones en Láseres y Aplicaciones (CEILAP) en el país, e instalará dos más, con el fin de determinar la contaminación y la presencia de ceniza volcánica en la atmósfera. En tanto, se encara otro plan para anticipar las tormentas eléctricas.

El doctor Eduardo Quel, director la Unidad de análisis y Desarrollo Estratégicos para la Defensa (UNIDEF-CITEDEF-CONICET), de la cual depende el CEILAP, explicó que todas las estaciones están ubicadas dentro o a poquitos metros de aeropuertos en distintas provincias, “porque la idea es que, cuando hay erupciones volcánicas, de la noche a la mañana, uno pueda saber si hay presencia o no de cenizas y si eso conlleva a que se deban cancelar los vuelos”.

Los láseres permiten estudiar la presencia de aerosoles (partículas sólidas o líquidas suspedidas en gas) entre los 0 y CATORCE mil metros de elevacion. “Cubren todo el rango de altura por el que se desenvuelven los vuelos de aviones comerciales”, comentó Quel.

Las erupciones volcánicas pueden crear enormes estragos económicos. En el 2011, el Puyehue implicó la cancelación de más de cien vuelos en Argentina. Sin embargo, por suerte, estas estaciones construidas por el CEILAP dedican la mayor parte de sus días a analizar la presencia de otros aerosoles, como por ejemplo el humo, el smog, la bruma y la niebla.

La primera de las estaciones comenzó a funcionar en febrero de 2012, en el aeropuerto de Bariloche. En el transcurso de ese mismo año, incluso se inauguró otra en el aeropuerto de Comodoro Rivadavia, en la provincia de Chubut.

Respectivamente, en diciembre de 2013 y julio de 2014, se establecieron 2 estaciones más: una en Neuquén y otra en Río Gallegos. Por último, a principios de 2015, se ubicó un centro para el análisis de los aerosoles cerca del Aeroparque, en la urbe de Buenos Aires. Y aún resta colocar dos más: una en Córdoba y otra en Tucumán.

Del mismo modo, el CEILAP establecerá una octava estación en Punta Arenas, una población situada al sur de Chile.

“Este proyecto lo ideamos nosotros, en el CEILAP, en colaboración con expertos de Chile y de Japón, y ganamos un concurso en la Agencia de Ciencia y Tecnología de Japón, que implica una inversión cercana a los cinco millones de pesos, de los cuales casi 4 millones están destinados a los centros que se establecieron y se van a crear en Argentina”, detalló el investigador.

Cada sistema LIDAR -el rayo láser para evaluar la presencia de aerosoles- tuvo un coste cercano a los 200 mil $USD. Las estaciones cuentan con equipos destinados a analizar la radiación UV y la radiación visible e infrarroja.

“Los instrumentos se arman en el CEILAP y son manejados por personal del Servicio Meteorológico Nacional”, contó el doctor Quel. “En cada estación, ellos tienen una dotación de cinco o 6 personas, que manejan diferentes instrumentos y, entre ellos, el sistema LIDAR”.

El plan financiado por Japón comprende el proceso de un sistema de gestión de riesgos medioambientales atmosféricos en Sudamérica, mediante 4 líneas de trabajo. Por un lado, permitirá renovar el sistema de rayos láser que el CEILAP levantó en Río Gallegos para calcular la capa de ozono. “Hace 10 años que realizamos mediciones de ozono a través de allí y, con esta actualización y mejora del sistema, está previsto que continúe funcionando por 20 años más”, subrayó el director del UNIDEF.

Otra línea está destinada a la medición de aerosoles en la atmósfera, para lo cual el CEILAP construirá las ocho estaciones que menciona este artículo (7 en Argentina y una en Chile); y los dos objetivos restantes implican el análisis de la incidencia de los rayos ultravioleta y un proyecto para predecir tormentas eléctricas en el territorio argentino.

Entre los desastres naturales, los rayos están al tope del ranking por la cantidad de muertes que generan en Argentina, al provocar CIENCUENTA decesos por año. De allí que dar alertas que anticipen el desarrollo de tormentas eléctricas forma parte de otros de los objetivos del CEILAP.

“La doctora Gabriela Nicora del CEILAP realizó un informe experimental referente a los rayos que caen en diversas regiones del territorio argentino y, en base a esos estudios y a 4 estaciones que controla la Universidad de Washington en la Argentina, se puede prever cuándo una tormenta se acerca a un determinado lugar, cuándo esa tormenta es eléctrica y dar el alerta con una o 2 horas de anticipación cuando se aproxima a una costa por ejemplo”, describió Quel.