En Argentina, cada año se descartan 130 mil toneladas de neumáticos, gran parte de los cuales terminan quemados, enterrados o arrojados a cursos de agua. También se desaprovechan los residuos producto del procesamiento de la caña de azúcar en la región noroeste del país. Para darles una solución económica y social a estas situaciones, y por supuesto al daño que producen, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) impulsa varios proyectos para reutilizar estos residuos industriales.

El instituto coordina una Comisión Permanente de Trabajo para el Reciclado de Neumáticos de Desecho, que forma parte de un proyecto de alcance nacional y que ya cuenta con el apoyo del 10% de los municipios de la provincia de Buenos Aires.

El INTI propuso un modelo de gestión para abastecer a la planta de reciclado Regomax, que tiene el aval de la empresa CEAMSE y actores públicos y privados vinculados al tema.

En la planta recicladora, los neumáticos son sometidos a procesos de corte, trituración y molienda mecánica para reducir su volumen. Luego se separan sus componentes (80% caucho, 15% acero y 5% fibra). El material obtenido sirve para fabricar pisos de césped sintético para plazas y canchas. Además, el INTI evalúa su empleo como combustible para la industria cementera.

Como los neumáticos son considerados residuos domiciliarios, los “dueños” de las cubiertas descartadas son los municipios. Ellos deben encargarse de transportar los neumáticos a Regomax, en el predio CEAMSE de José León Suárez.

Los gobiernos municipales interesados en realizar la separación en origen de los neumáticos cuentan con el asesoramiento gratuito de los profesionales del INTI-Caucho, que ayuda con la logística de recolección y separación en origen, para que lo que ingrese al predio no pague tasa. El CEAMSE les entrega un certificado.

Los investigadores de la Red de Biomasa del INTI realizaron el primer ensayo a escala industrial en el país para producir pellets a partir de residuos del sector azucarero. “Esta tecnología puede ser una solución energética, ambiental y productiva para la región azucarera”, fundamentan los responsables de la iniciativa.

Orgánico. El rezago de la caña de azúcar puede ser un combustible alternativo al gas natural.

La pelletización es un proceso de compactación del que se obtienen pequeños cilindros (pellets) que se utilizan como combustible. En Europa está muy difundido el empleo de pellets para los sistemas de calefacción con calderas y hogares.

Actualmente, los residuos que se generan a partir del cultivo de la caña de azúcar no son aprovechados, lo que implica un problema ambiental que se acentúa a medida que la producción crece.

El ensayo de conformado de pellets se llevó a cabo en la ciudad santafesina de Rafaela y estuvo a cargo de especialistas de la Unidad Técnica Valorización de Recursos Biomásicos de INTI-Tucumán. Según informó el instituto, el proceso se realizó con máquinas disponibles en el mercado, lo que permitió reunir pautas técnico-económicas para el diseño, en el corto plazo, de un modelo de negocios rentable.

En este caso, el ensayo apunta a incentivar el desarrollo de un nuevo biocombustible para aplicaciones industriales de alcance regional, que cumpla con los estándares mínimos de calidad. El pellet podría aplicarse como combustible estandarizado en escalas media y baja, incluso para aplicaciones domésticas, en reemplazo del gas licuado de petróleo y el gas natural, diversificando la matriz energética y supliendo la demanda creciente en todo el país con un combustible de origen orgánico.