Hasta hace poco, por los agujeros del Puente Alsina, apenas tapados con chapas, se veía el Riachuelo. En las pasarelas peatonales de hierro, la corrosión también había generado huecos. Los accidentes eran usuales: en mayo chocó un colectivo 32 y hubo nueve heridos. Pero ya no es el mismo porque la obra de renovación, que costó $ 3,6 millones, acaba de terminar: el asfalto está hecho a nuevo y los peatones caminan por planchas relucientes. El secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, oficializó la habilitación. “Vamos a aportar toda nuestra colaboración para mejorar los puntos de interconexión entre Capital y Provincia -afirmó Schiavi-. Estas obras le facilitan la vida a los vecinos de uno y otro lado del Riachuelo”. Y Ricardo Luján, subsecretario de Puertos y Vías Navegables anticipó: “Ahora la idea es licitar el mantenimiento de los puentes a nuestro cargo, el Alsina, el Victorino de la Plaza y el viejo Puente Pueyrredón”.

El Alsina fue construido en 1838 y hasta 2002 se lo conoció como Uriburu, por el presidente de facto que lo abrió. Une Pompeya y Valentín Alsina y lo usan 49.000 vehículos por día, la mayoría camiones y colectivos.

Fuente: Clarín, 13/11