Por Arq. Jorge Aslan, Aslan y Ezcurra y asoc.
(www.aslanyezcurra.com.ar)

La construcción entre medianeras obliga a tomar recaudos para evitar problemas que si bien no son frecuentes,  es necesario realizar todos los estudios exigidos por las reglas del buen construir, conocer  previamente el terreno, las condiciones de las casas vecinas y el plan de obra desde la entrada de una máquina a proceder al retiro de tierra cuyo programa de acción  debe ser detallado y cuidadoso.

Toda construcción al lado de un edificio tiene sus tiempos. Sus dimensiones y la forma en que está sustentado hace que sea necesario ir construyendo de a poco el nuevo apoyo. Esto permitirá trabajar con tranquilidad. A pesar de los hechos ocurridos recientemente, dada la cantidad de obras que se están ejecutando en este momento en la Ciudad de Buenos Aires, es necesario remarcar que el número de accidentes es menor y que estos acontecimientos no son recurrentes.

Particularmente, los casos en los que una Empresa Constructora debe construir por debajo del edificio lindero para sostener la estructura, obliga a un cuidadoso estudio previo, a abrir la medianera lindera en anchos escasos en trinchera y separados puntos como para que el muro divisor se vaya acomodando a su nueva situación.

Entre los datos que hay que destacar figura que la construcción en los subsuelos se ha incrementado por el crecimiento del parque automotor, y muchos edificios aprovechan estos espacios para dar comodidad a los habitantes. Es necesario respetar las exigencias de las normas del Código de Planeamiento Urbano que definen con precisión la cantidad de cocheras a ubicar en función de las superficies de los departamentos que se construyen.

En los casos que se realicen los calces en hormigón o mampostería, repito, se hacen en paños separados entre sí y como medida complementaria se cruzan vigas provisorias si el terreno lo permite.   Así se le da la oportunidad al muro y a la estructura vecinos de ir acomodándose sin sufrir daños por los movimientos abruptos.

Todo esto se enmarca dentro de un plan de seguridad que debe ser previamente estudiado entre los profesionales actuantes y los ejecutores. La calidad y la supervisión de la dirección y del programa de obra es fundamental para que todo el trabajo se desarrolle de una manera segura para los trabajadores, los vecinos y sus propiedades.