El accidente producido días pasados en la ruta a Tunuyán, con el triste saldo de cinco muertos y varios heridos de gravedad y otros hechos similares en la misma ruta 40 que eleva a once los muertos en sólo dos meses, no hace más que poner nuevamente en la palestra varios aspectos necesarios a cumplir para evitar ese tipo de episodios. Que van desde la posibilidad de adaptar la red vial a las necesidades del parque automotor moderno; a la necesaria presencia policial para evitar los excesos de velocidad y también a la necesaria responsabilidad de los conductores.

El problema no sólo se plantea en la ruta 40 -en todos los casos los accidentes fatales graves se produjeron donde la ruta cuenta con una sola banda de circulación- sino que se repiten en la ruta 7, en el tramo entre Santa Rosa y Desaguadero; en la ruta a San Juan y en el cada vez más peligroso corredor internacional, desde la salida de Luján hasta el límite con Chile.

Mendoza ocupa el cuarto lugar en la cantidad de muertos por accidente en el país. Es superada por Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, de acuerdo con un estudio realizado por la organización civil Luchemos por la Vida. El informe determina también que durante 2008, entre 120 y 140 personas resultaron heridas en accidentes.

En la mayoría de los casos, los hechos se produjeron como consecuencia de errores humanos o por exceso de velocidad, razón por la cual la organización insistió en la necesidad de implementar una campaña de concientización hacia los conductores.

Sin embargo, un porcentaje importante de las causas de los accidentes corresponde a la carencia de una suficiente infraestructura vial que esté acorde a las necesidades de un parque automotor actualizado. Las rutas de la década del 90 están soportando un tránsito conformado por vehículos 20 años más modernos.

En este marco, llama la atención la lentitud con que se realizan los trabajos para la terminación de las dobles vías entre Mendoza y Tunuyán y entre Santa Rosa y Desaguadero, mientras no aparece en el horizonte la posibilidad de concretar una doble vía de circulación en la ruta internacional a Chile y en la 40 Norte, que une a Mendoza con San Juan.

A fines de la década del 60 la Nación afrontó la construcción de los accesos Mendoza-Luján y Mendoza-San Martín, con la promesa, en ambos casos, de extenderlas hasta Tunuyán y Desaguadero, respectivamente. Pese al tiempo transcurrido, en casi 40 años hubo escasos avances. Porque la doble vía a Tunuyán lleva 10 años desde su inicio y sólo se ha llegado hasta Anchoris, mientras el tramo final tendrá una demora mínima de dos años, como consecuencia de problemas en la adjudicación.

En el caso de la ruta 7, los trabajos se iniciaron hace 6 años y los avances han sido escasos. Ni hablar entonces de encontrar rápidas soluciones a las exigencias de la ruta internacional o la 40 a San Juan.

Los mendocinos, por cuestiones de distancia, tenemos posibilidades de observar la rapidez con que se concretan obras similares en San Luis o en Chile y nos preguntamos sobre los motivos porqué esa situación no se repite en nuestra provincia. Quizás la respuesta la deban dar las autoridades provinciales o los legisladores nacionales por Mendoza, que no han planteado el tema con la seriedad y firmeza que corresponde ante el Gobierno nacional.

Fuente: Los Andes de Mendoza, 23/02