El proyecto, premiado en la última edición del Congreso Internacional Solar Cities, en Buenos Aires, apunta a revivir cursos de agua al mismo tiempo que delimita áreas navegables. Una boya alimentada por energía solar podría enriquecer con oxígeno cursos de agua que necesitan saneamiento. Así lo imaginó Sebastián Zanetti, arquitecto (UBA) con el título en trámite al momento de presentación.

El planteó el diseño de la boya oxigenadora, a la que apodó Agua Viva, sobre la cuenca bonaerense Matanza-Riachuelo. El modelo propuesto consiste en una boya flotante equipada con un panel fotovoltaico, el cual alimenta tres bombas sumergidas que oxigenan el agua mediante circulación y aspersión (rociado). “El proceso rompe la película impermeable acuosa y aumenta la superficie de contacto con el aire”, explicó Zanetti, aunque no descarta que también se pueda conseguir un efecto de oxigenación similar a través de otros dos mecanismos: bombeando aire hacia el agua para formar burbujas o produciendo turbulencia en la superficie mediante palas rotatorias. Podrían incluso combinarse las tres posibilidades.

Funcionarios y técnicos de la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires (APrA,), promotora del concurso, se reunieron después con Zanetti para explorar la factibilidad de que el proyecto funcione en el Lago Lugano (el cual forma parte de la cuenca Matanza-Riachuelo). Se readaptó la idea de agua-viva al nuevo sitio sobre el que se iba a implantar. Esto es, que si en el Riachuelo las aguas-vivas eran oxigenadores que tenían la segunda función de ser boyas que delimiten el área navegable del río, ahora pasaría a tratarse del mismo sistema oxigenador pero con una segunda función distinta: confeccionar islas artificiales donde pudiesen posarse animales de distintas especies que habitan allí. Así fue como aquellas iniciales boyas oxigenadoras pasaron a ser islas artificiales oxigenadoras.
“Al tener que autofinanciar el proyecto hasta ese entonces, decidí construirlas con un material que fuese relativamente económico y que no requiriese de muchas herramientas para trabajarlo. Se diseñó unas estructura flotante y resistente de caños de polipropileno sanitario de termofusión. Se construyó así la estructura y se la puso a prueba sobre el lago resultando óptima su flotabilidad”.
APrA, luego de ver los avances, decidió financiar el proyecto. En este momento se encuentran en la etapa de presentación formal ante ministros del gobierno, presupuesto detallado de materiales y mano de obra, y búsqueda de proveedores y asesores en lo que respecta a módulos fotovoltaicos y bombas sumergibles. Se realizarán 3 de estas islas artificiales y junto con un nuevo plan de manejo del parque, se lo presentará como reserva ecológica próximamente.