El presidente de Perú, Ollanta Humala, inauguró en la región Cuzco la construcción de un gasoducto en el sur del país, que permitirá la masificación del gas natural en esta región y abastecerá un nuevo polo petroquímico en la costa sur.
Se trata del proyecto más importante de los últimos 100 años en Perú y que la disponibilidad del gas “va a modificar positivamente nuestras vidas”.
Una de las promesas electorales de Humala fue la reducción del precio del gas doméstico y hacer realidad la masificación de este recurso en la zona sur del país, la más pobre y donde se ubica la reserva de Camisea, que abastece al resto del país.
El gasoducto de 1.000 kilómetros, que será construido por la empresa Kuntur a partir de abril, distribuirá el gas natural de la reserva de Camisea hacia una planta de fraccionamiento y hacia otra planta envasadora para que su población pueda tener este recurso más barato. Se prevé la construcción de una hidroeléctrica de 200 megavatios.
El funcionamiento del gasoducto surandino “puede redundar en más del 2 por ciento del producto interno bruto (PIB)”, mientras que la planta petroquímica, a cargo de la brasileña Petrobras, será la primera de su tipo de la costa sur del Pacífico.