Aunque los medios creativos son muy diferentes, la pintura y la fotografía tienen el mismo objetivo: retratar cosas interesantes de forma bella.
Por eso no está de más que los fotógrafos vayan de vez en cuando al museo a inspirarse en los grandes maestros. Los cuadros que cuelgan en las salas son imágenes cuya composición suele estar pensada al milímetro y que aporta mucho a la hora de apreciar la obra.
- USAR LA LUZ: Pintores barrocos como Rembrandt o Jan Vermeer supieron representar de manera pefecta la luz. Aprovecharon lo que tenían y acomodaron sus cuadros para que los objetos aparecieran de forma realista y estética. ¿Qué significa esto para un fotógrafo? No solo iluminar una escena con el flash, sino generar determinado tipo de luz, es decir, usar de vez en cuando contraluz o luces indirectas y experimentar con el flash y con focos. Lo fundamental es tener claro en la cabeza cómo debe verse la imagen.
- CREAR AMBIENTE: Paisajes neblinosos o praderas verde chillón con amapolas en un intenso rojo: los pintores tienen la ventaja de que con el pinsel y el color pueden destacar suavemente algunos detalles haciendo brillar más los colores en ciertas partes o difuminando las pinceladas. ¿Y los fotógrafos? La cámara capta una imagen tal y como aparece el motivo en este momento. Pero con la edición digital hay muchas opciones para trabajar posteriormente la imagen, y es posible inspirarse en las pinturas para hacerlo. Por ejemplo, se pueden crear ambientes acomodando los tonos de los colores o saturándolos. Menos suele ser más, es decir que no habría que distorsionar por completo los tonos, sino adaptarlos suave y paulatinamente. Ayuda el balance de blancos.
- DIVIDIR EL ESPACIO: ¿Qué parte de la imagen es la mejor? ¿Qué tiene que estar en primer plano, qué detrás? Es difícil conseguir el encuadre adecuado. También los pintores lucharon a menudo con este problema y probaron soluciones, por ejemplo la sección áurea. En la pintura, además del tema de los colores, hay que tener en cuenta la visión general de todo el cuadro. Ya sean obras realistas o abstractas, para todas rige la regla de que con la división correcta del espacio se atrapa al espectador. En la fotografía debería conseguirse lo mismo.
dpa