En las películas de Hollywood no son una novedad: los ciberpolicías persiguen a los criminales armados con todo tipo de artilugios, pero también en la realidad es cada vez más importante para los agentes de la ley pasarse a las nuevas tecnologías.

La mayoría de los adolescentes parecen técnicamente mejor equipados que un policía. Pueden usar su smartphone para sacar y enviar fotos y ver las respuestas a los mensajes de inmediado. Pero hasta hoy, cuando un agente tiene que descubrir quién es el dueño de un automóvil mal estacionado, lo que hace es usar la radio, esperar a la central, decir el número de matrícula y volver a esperar a que le pasen el dato.
Por eso, las autoridades policiales de todo el mundo se están esforzando por dotar a sus equipos de medios digitales.
Peter Damerau es director de ventas de Motorola Solutions, una empresa estadounidense que vende radios y monta redes para la policía, aeropuertos y servicios de rescate de todo el mundo. En una sucursal de la empresa en Berlín, Damerau muestra unas gafas espejadas. Llevan integrada una cámara a la que se puede añadir también un micrófono y además una pequeña pantalla.
Las gafas se comunican de forma inalámbrica con el smartphone y reaccionan a diferentes sensores, por ejemplo en la funda para el spray de pimienta o el arma reglamentaria. Si el agente saca la pistola, las gafas empiezan a sacar fotos o a grabar -sonido incluido- automáticamente y trasmiten las imágenes a una laptop.
Las llamadas “bodycams”, pequeñas cámaras digitales que se colocan en el uniforme de los policías, ya se usan en algunos países, como Estados Unidos. Pero en este caso las imágenes se guardan y se ven más tarde. En cambio, con las gafas digitales o cámaras similares todo se transmite en directo, explica Damerau. De esa forma un policía puede alarmar a la central en cualquier momento y sus compañeros ven en directo lo que está pasando.
“La central puede reenviar a su vez de inmediato imágenes de situación, por ejemplo para las detenciones”, dice Damerau, visiblemente entusiasmado con la tecnología.
“También se pueden filtrar informaciones de las redes sociales y enviarlas de inmediato a la policía”. Para eso, los agentes necesitan smartphones especiales, aplicaciones propias y redes seguras.
Los sindicatos policiales no ven con tanto entusiasmo todas estas novedades, pero sí subrayan la importancia de la modernización. “Cuando los compañeros miran sus radios digitales, constatan que no se acercan ni siquiera a lo que tienen en casa a nivel privado”, señala Jörg Radek, comisario principal y vicepresidente del sindicato policial alemán GdP.
Lo más urgente, subraya, es tener smartphones seguros para el trabajo diario, y el software inteligente y las aplicaciones pueden ser de ayuda, destaca Radek. Por ejemplo, para identificar personas o matrículas. O a la hora de actuar en zonas desconocidas. “Ese es el apoyo tecnológico que me gustaría tener”.
Por el contrario, no ve con buenos ojos la grabación permanente o la transmisión en vivo de los operativos. “También un policía tiene derecho a la protección de sus datos, y sobre todo hacia el interior del cuerpo policial”, señala Radek. “Y no queremos un Robocop que sea manejado desde la central”.
DPA