Los carriles exclusivos para ciclistas empezaron a construirse en 2009 y se siguen ampliando para conectar los barrios del norte y el sur de la Ciudad con otros más céntricos. El sistema garantiza un viaje más rápido y seguro.

Pasaron seis años desde que el Gobierno porteño empezó con la construcción de las primeras ciclovías protegidas y el proyecto para que los vecinos se muevan en bicicleta parece haber rendido sus frutos, ya que cada vez suma más adeptos. Actualmente hay en la Ciudad 150 kilómetros de carriles exclusivos para que los ciclistas circulen en forma más práctica, económica, rápida y segura.

La iniciativa surgió en el marco del Plan de Movilidad Sustentable de la Subsecretaría de Transporte, cuyo objetivo se basa en mejorar el tránsito y la seguridad vial, dándole prioridad al transporte público. La red de ciclovías integra distintos puntos estratégicos de la Capital, como centros de transbordo, universidades, escuelas y hospitales, permitiendo también la interconexión con otros medios de transporte. Hoy en día el sistema une barrios como Parque Patricios, Boedo, La Boca, Lugano, Riachuelo, Soldati, Mataderos, Devoto, San Telmo, Villa Crespo, Núñez, Belgrano, Caballito, Palermo, Villa Urquiza y Colegiales con otros más céntricos como Balvanera, San Cristóbal, Constitución, Retiro, Recoleta y el Micro y Macrocentro.

En junio pasado, Buenos Aires fue incluida por primera vez entre las 20 ciudades más amigables para andar en bicicleta en un ranking que se elabora cada dos años en Copenhage, capital del país donde hay más rodados que autos y, junto con Amsterdam, son las principales referentes del ciclismo urbano. Quedó en el puesto 14 entre 122 localidades y fue la única de Latinoamérica en la lista.

Que Buenos Aires sea 14° en el mundo de la bici significa que hay un cambio cultural, que no es lo que hizo el Gobierno solamente, sino lo que logramos como sociedad.