Esta nueva iniciativa se enmarcaría en los esfuerzos del presidente Xi Jinping por incrementar el control en la Red y sobre el flujo de datos, tras la aprobación en 2016 de una controvertida ley de ciberseguridad y la reciente campaña que ha iniciado contra los servidores VPN, un servicio utilizado para saltarse la censura.
Con la aprobación de la polémica ley de ciberseguridad en noviembre del año pasado, China incrementó su control sobre el flujo de datos en internet y entre empresas en aras de garantizar la seguridad nacional, lo que provocó fuertes protestas por parte de grupos empresariales y en defensa de los derechos humanos.
Los artículos más polémicos de la legislación están relacionados con el almacenamiento de datos o la privacidad, pues la ley ordena a “operadores de infraestructuras de información clave” almacenar sus “datos empresariales importantes” en China y, si quieren trasladar esos datos fuera del país, les obliga a pasar por una “evaluación de seguridad”.